martes, 31 de julio de 2012
All that Fosse
Primer martes después de las vacaciones. Dormí mal, apenas me sostengo el ánimo, así que necesito una dosis de Fosse. El show, claro, es Chicago de Ebb & Kander. La coreografía es del amigo Bob, recreada por Reinking. Canta Bebe Neuwirth y mueven las tabas el elenco, la susodicha Neuwirth y después Ann Reinking. Ya me siento mejor, es medicina de efecto inmediato, pruébenla.
lunes, 30 de julio de 2012
Confesión de parte
George Bernard Shaw es el dramaturgo que más admiro. Si tuviera tiempo, fundaría El club de Shaw, que sólo leería y discutiría obras suyas. Si tuviera dinero, fundaría una compañía que sólo representaría sus obras. Eso sí, ni la falta de tiempo ni dinero me impide solazarme con su ingenio cuando arrecia impiadoso el viento del infortunio.
viernes, 27 de julio de 2012
Sonamos ¡me levanté romántico!
If
it takes forever, I will wait for you
Aunque tome una
eternidad, te esperaré
For
a thousand summers, I will wait for you
Mil veranos, te
esperaré
Till
you're back beside me, till I'm touching you
Hasta que vuelvas a
mí, hasta que pueda tocarte
Till
I hear you sigh, here in my arms
Hasta que te oiga
suspirar en mis brazos
Anywhere
you wander, anywhere you go
Donde sea que
deambules, donde sea que vayas
Everyday
remember, I still love you so
Todos los días
recuerda que te amo
In
your heart believe, what in my heart I know
Que tu corazón crea
lo que mi corazón sabe
That
forevermore, I'll wait for you
Que por siempre
jamás, te esperaré
The
clock will tick away the hours one by one
El reloj marcará las
horas una a una
And
soon will come a time when all the waiting's done
Y pronto llegará el
momento en que la espera terminó
The
time when you return and find me here and run
El momento en que
regreses, me halles y corras
Straight
to my waiting arms
A mis brazos que te
esperan
If
it takes forever, I will wait for you
Aunque tome una
eternidad, te esperaré
For
a thousand summers, I will wait for you
Mil veranos, te
esperaré
Till
you're back beside me, till I'm holding you
Hasta que vuelvas a
mí, hasta que te abrace
Till
I hear you sigh, here in my arms
Hasta que te oiga
suspirar en mis brazos
Anywhere
you wander, anywhere you go
Donde sea que
deambules, donde sea que vayas
Everyday
remember, I still love you so
Todos los días
acuérdate que te amo
In
your heart believe, what in my heart I know
Que tu corazón crea
lo que mi corazón sabe
That
forevermore, I'll wait for you
Que por siempre
jamás, te esperaré
jueves, 26 de julio de 2012
Patrick llevó la antorcha
El gran Patrick Stewart que llevó para beneplácito del mundo la antorcha de la actuación a la victoria más de una vez, cargó hoy la antorcha olímpica. Aseguró que fue un momento inolvidable.
Hoy, hoy, hoy
Los días de vacaciones son como andar en bicicleta pendiente
abajo con viento a favor. Cuando comenzamos a disfrutar del paseo, se acaba. Los
días de trabajo son como vadear arenas pantanosas, uno cree avanzar y no,
seguimos a siglos del final.
Cuando comienza la cuenta regresiva, los huesos cansados
comprenden que las vacaciones son un paraíso temporario, que ya no habrá
siestas intempestivas ni mañanas remolonas, que el lunes el despertador
quebrará el silencio y la libertad.
El lunes, el lunes, no hoy. Ni mañana.
El infierno que se imagina es siempre peor que el infierno
real. Que cada día se ocupe de su labor. A acallar la imaginación, la
anticipación de horrores que quizá no sean tales y a disfrutar de que hoy, a
esta hora, en este segundo, no hay obligaciones que cumplir, ni que tampoco las
habrá en el segundo siguiente, en la hora siguiente ni en el día siguiente.
Olvidemos que existe el infierno, que no hay gozo mayor que
el que se supone eterno.
lunes, 23 de julio de 2012
Sophia y Marcello
Loren y Mastroianni en una de sus primeras películas: La fortuna di essere donna, 1956. (Entre ellos hubo magia desde el principio)
viernes, 20 de julio de 2012
Abdominales
En esta foto, Paul Newman hace lo que yo debería estar haciendo. Con una diferencia, claro. Él lo hace para eliminar un rollo y mantener su cintura envidiable, mientras que yo debería hacerlo aunque más no sea para entrar en el talle 56.
miércoles, 18 de julio de 2012
Sacha
LA SAGA DE UN SATIRISTA “CRUDO Y VULGAR”
Contra toda corrección políticaPor Horacio Bernades
Nacido en Londres en 1971, Sacha Noam Baron Cohen es un satirista. Y lo que hace un satirista es ridiculizar todo lo ridiculizable de este mundo. Baron Cohen se consagró en la televisión británica a comienzos de la década pasada con Da Ali G Show, donde desarrolló los personajes de Ali G, Borat Sagdiyev y Brüno, que luego pasarían al cine, uno por uno. Baron Cohen no es la clase de humorista que despliega personajes como el mago saca conejos de la galera, sino de los que se concentran en unos pocos. En su caso, cuatro, si a aquéllos se les suma el general Aladino, presidente in aeternum del país norafricano de Wadiya y protagonista de El dictador. Creadas y escritas por él mismo, las criaturas paridas por este graduado de la Universidad de Cambridge son como concentrados de algunos de los peores (o más idiotas) males de este mundo. Blancos sobre los cuales disparar. Nada demasiado distinto de lo que hacen otros satiristas contemporáneos como Ben Stiller, Will Ferrell, Larry David y Matt Groening, que en sus series y películas apuntan, como él, sobre diversas formas de la falsedad, la hipocresía, la estupidez o el consenso. En otras palabras, sobre el más medroso y autosatisfecho pietismo de clase media, ese que da en llamarse corrección política. ¿Debemos respetar a rajatabla a nuestros hermanos afroamericanos en todo lo que digan o hagan? Ahí va Baron Cohen y crea a Ali G, rapper blanco que quisiera ser negro: un remedo, un simulacro, una versión degradada. Tal como lo es la propia corrección política, en relación con la verdadera política.
¿Pobre gente, la
de las ex repúblicas soviéticas, sometidas durante décadas al abrazo de oso del
Kremlin? Pobres pero brutos, dice Baron Cohen en la figura de Borat, kazajo
antisemita, jurásico y homofóbico. ¿Todos los gays son buenos por el solo hecho
de ser gays? Vean a Brüno, loca austríaca, racista, jodida y, también,
antisemita (rasgo compartido por todos los monstruos baroncohenianos, lo cual
confirma su condición de humorista judío). Sí, es verdad, el caso del General Aladino
es distinto. No porque se trate de un fan del pueblo elegido (como otros
gobernantes árabes, el tipo quiere hacer desaparecer a Israel de la faz de la
Tierra), sino porque ridiculizar a un dictador musulmán no es algo
políticamente muy incorrecto, sino más bien lo contrario. Aun así, y siempre
ayudado por Larry Charles (uno de los creadores de Seinfeld y director de
Borat, Brüno y ahora El dictador), Baron Cohen se las arregla para hacer de su
película un hecho “obsceno, desagradable, escatológico, crudo y vulgar”, que es
como la describió Roger Ebert, el crítico más popular de los Estados Unidos.
Desde John Waters hasta los hermanos Farrelly, todas ésas son también armas de
la incorrección política, en tanto ofenden esa entelequia llamada “buen gusto”,
encarnación estética de la corrección.
¡Ah! Baron Cohen se dio el
gusto de que El dictador fuera cortada, prohibida y retirada de los cines. Es
cierto que eso ocurrió sólo en países como Bielorrusia, Tajikistán,
Turkmenistán, Uzbekistán y, claro, Kazajistán, donde el creador de Borat es
algo así como el enemigo público Nº 1. Países donde, aunque la corrección
política prefiera negarlo, “el sentido del humor fue sometido a un bypass”. Que
es lo que el propio Baron Cohen afirmó recientemente sobre los ejecutivos de la
BBC.publicado en Página 12 el 18 de julio
martes, 17 de julio de 2012
Desde el jardín
Hoy
vino el jardinero a casa y se parecía peligrosamente a Gregory Peck. (Delirio
de cinéfilo, no tengo jardín y en esta foto Gregory arregla el propio).
No habrá ninguna igual
Antes de convertirse en una estrella cinematográfica en 1953
con La princesa que quería vivir (Roman holiday, William Wyler), Audrey
Hepburn triunfó en 1951 en Broadway con Gigi.
Ojo, no el musical sino la versión de teatro de texto que hizo Anita Loos de la
novela de Colette.
A lo que voy con el título de este post es que he visto a
muchas actrices pasar letra (o sea repasar las líneas de una obra), pero a
nadie con tanta elegancia y estilo. Única.
lunes, 16 de julio de 2012
Abrazo grupal
Me tomo la tarde libre y me pongo a ver El halcón maltés ¡por millonésima vez! (Cuando no sé qué película ver, elijo algo con Humphrey Bogart, supero la neurosis y soy feliz). Cuando termino de verla, me pongo a buscar ¡más! información sobre la película (la que tengo, que es mucha, no me basta -sobre algunas películas nada me basta) y descubro esta hermosísima foto. Mary Astor, Humphrey Bogart, Sidney Greenstreet y Peter Lorre se unen en un abrazo grupal. Sabiendo de qué va la historia y los personajes, esta ternura es ¡hilarante!
What a cast!
¡Pavada de elenco! Yves Montand, Ingrid Bergman y Anthony Perkins filmaron Goodbye again (No me digas adiós) en 1961. Dirigió Anatole Litvak y se basó en una novela de Françoise Sagan, Aimez-vous Brahms? Oui, je l' aime aussi.
Nada como un libro
Pertenezco a la secta de los benditos con la maldición de los libros. Cuando me preguntan cuál es el mejor descanso, no lo dudo, el tiempo, el lugar y la disposición de leer un libro.
jueves, 12 de julio de 2012
Ansía lo mejor, espera lo peor
En 1970 el inmenso Mel Brooks escribió y dirigió su segunda
película, Las doce sillas. Es una
versión de la novela clásica satírica (1928) de Iliá Ilf y Yevgeni Petrov, en
la que unos rusos postrevolucionarios buscan un tesoro en joyas escondido en
una de doce sillas de un lujoso juego de comedor. Es una muy buena comedia que
no llega a los fulgores de Locuras en el
Oeste o El joven Frankenstein
porque persigue más contar la historia que hilvanar gags geniales, lo que no
impide que haya abundantes logros cómicos visuales y de guión. Hay también espléndidos
trabajos de Ron Moody (el inolvidable Fagin del Oliver! (1968) de Carol Reed), del impar Dom DeLuise y de un joven por entonces Frank
Langella. El gran Mel Brooks se reservó, para gracia de Dios y de sus seguidores
(los de Dios y los de él) un delicioso papel.
Como
en todas sus películas, escribió la letra y música de un tema que excede los
adjetivos. Adjunto la letra, la traición o sea la traducción es mía. ¡A
disfrutar!
Hope for the best, expect the worst
Ansía lo mejor, espera lo
peor
Some drink champagne, some die of thirst
Algunos toman champán,
otros se mueren de sed
No way of knowing
Es
imposible saber
Which way it’s going
Qué
te tocará
Hope for the best, expect the worst!
Ansía lo mejor, espera lo
peor
Hope for the best, expect the worst
Ansía lo mejor, espera lo
peor
The world’s a stage, we’re unrehearsed
El mundo es un
espectáculo y no tenemos mucho ensayo
Some reach the top, friends, while others
flop, friends
Algunos triunfan, amigos,
mientras que otros fracasan
Hope for the best, expect the worst!
Ansía lo mejor, espera lo
peor
I knew a man who saved a fortune that was
splendid
Conocí a un hombre que
ahorró una fortuna espléndida
Then he died the day he’d planned to go and
spend it
Y se murió el día en que
se disponía a gastarla
Shouting “Live while you’re alive! No one will
survive!”
Gritó: “¡Vive mientras
puedas! ¡Nadie sobrevive!”
Life is sorrow - - here today and gone
tomorrow
La vida es dolor – vivo
hoy, muerto mañana
Live while you’re alive, no one will survive -
- there’s no guarantee
Vive mientras pueda,
nadie sobrevive – no hay garantías
Hope for the best, expect the worst
Ansía lo mejor, espera lo
peor
You could be Tolstoy or Fannie Hurst
Puedes ser un Tolstoy o
Fannie Hurst
You take your chances, there are no answers
Arriésgate
que no hay certezas
Hope for the best expect the worst!
Ansía lo mejor, espera lo
peor
I knew a man who saved a fortune that was
splendid
Conocí a un hombre que
ahorró una fortuna espléndida
Then he died the day he’d planned to go and
spend it
Y se murió el día en que
se disponía a gastarla
Shouting “Live while you’re alive! No one will
survive!”
Gritó: “¡Vive mientras
puedas! ¡Nadie sobrevive!”
Life is funny - - Save your money! Spend your
money!
La vida es cómica –
¡Ahorra tu dinero! ¡Gasta tu dinero!
Live while you’re alive, no one will survive -
- there’s no guarantee
Vive mientras pueda, nadie
sobrevive – no hay garantías
Hope for the best, expect the worst
Ansía lo mejor, espera lo
peor
The rich are blessed, the poor are cursed
Los ricos están benditos,
los pobres, malditos
That is a fact, friends, the deck is stacked,
friends
Es un hecho, amigos, la balanza
está inclinada
Hope for the best, expect the – -
Ansía
lo major, espera lo...
(even with a good beginning, it’s not certain
that you’re winning,
Incluso con un buen
comienzo, no hay certeza de que ganes
even with the best of chances, they can kick
you in the pantses)
incluso con la mejor de
las suertes, te pueden patear el trasero
Look out for the - - watch out for the worst!
¡Cuídate de lo –
protégete de lo peor!
Hey!
Mientras
entramos en calor bajo los cobertores y le robamos tibieza a la bolsa de agua caliente, nada parece más lejano que los gloriosos días de verano.
martes, 10 de julio de 2012
Miss Marple Rutherford
Creí que eran muchas más. Comprensible. Con los ojos de la
niñez, todo es más grande, más numeroso. Pero apenas son cuatro las películas
de Jane Marple por Margaret Rutherford que poblaron las matinées de mi
infancia.
Margaret Ruhterford fue una extraordinaria actriz
“característica” del cine y el teatro inglés. A principio de los sesenta, su
carrera reverdeció en fama y popularidad al interpretar a Jane Marple, esa
singular creación de Agatha Christie.
Rutherford no fue la primera, antes, en 1956, la había hecho
Gracie Fields en un especial para la televisión norteamericana, pero Rutherford
moldeó el personaje paradigmáticamente y todas las que lo interpretaron después
debieron remitirse a su Marple.
Marple, en la caracterización de Rutherford, es una solterona
de edad avanzada pero ágil, vital, llena de humor y de maravillosa juventud
mental. Como toda inglesa no le hace asco a un traguito y uno sospecha que
tampoco se negaría a un porrito y que si la apurás hasta se mandaría un ácido,
de allí que los jóvenes del Swinging London la adoraran y la consideraran un
par. Es la excéntrica entrometida y curiosa que creó Agatha Christie, pero en
la versión de Rutherford no tiene parangón.
Como me sucede últimamente, me crucé con estas películas de
casualidad. En realidad buscaba The
reluctant debutante, que no hallé, aunque en su lugar encontré este tesoro.
No me daban las manos para bajarlas. Cuando estuvieron en mi computadora, me
armé una retrospectiva personal y las vi en el orden en que fueron filmadas.
Las cuatro fueron dirigidas por George Pollock y comparten un
seductor y pegadizo tema musical de Ron Goodwin. Las tres primeras son
adaptaciones de novelas de Christie, la cuarta tiene un guión original. La
primera, Murder she said (1961) se
basa en El tren de las 4:50 (4.50 from Paddington). La segunda, Murder at the gallop (1963) se basa en After the funeral (Después del funeral) y la tercera Murder most foul (1964) en La
señora McGinty ha muerto. La cuarta Murder
ahoy (Asesinato a bordo, 1964)
como decíamos fue escrita directamente para el cine.
En todas la Srta. Marple se involucra en el lugar de los
hechos para resolver el enigma. En Murder
she said, se emplea de mucama en el caserón del misterio. En Murder at the gallop, se hospeda en el
mismo hotel en que se alojan los sospechosos. En Murder most foul, obtiene un puesto de actriz en la compañía
teatral del posible asesino. En Murder
ahoy se hace invitar de prepo al barco en el que hay que develar el crimen.
En todas debe enfrentar la incredulidad del inspector Craddock
(Charles Tingwell) que da las primeras muertes por causas naturales y considera
que Miss Marple es una lunática al insistir con que se trata de asesinatos. Por
supuesto, la aficionada detective no tardará en demostrarle su equivocación. Y
en todas cuenta con la ayuda del bibliotecario, Jim Stringer (Stringer Davis)
de quien se da a entender que es el consorte ideal para la eterna soltera.
Ambos actores, viejos remadores de reparto, gozaron de una inédita popularidad
gracias a estos papeles.
En todas Margaret Rutherford comparte el top billing, o sea
la preeminencia en el cartel, con otros actores. En Murder she said con Arthur Kennedy,
Muriel Pavlow y James Robertson Justice. En Murder
at the gallop con Robert Morley y Flora Robson. En Murder most foul con Ron Moody y en Murder ahoy con Lionel Jeffries.
Creo
que la clave del éxito de estas películas está en el tono encontrado, el de una
comedia policial. Porque en las novelas de enigma de Agatha Christie, el
asesinato no es algo trágico o terrible, es más bien una hazaña deportiva en la
que el agudo asesino desafía ser descubierto por un detective de igual astucia.
Hay en todas estas películas un espíritu zumbón, pícaro, travieso, que las hace
tan frescas y vigentes como el primer día. Después de tantos años, muchas otras
películas han envejecido y son piezas arqueológicas, éstas no, siguen tan
jóvenes como la Miss Marple de Margaret Rutherford. ¿Un prodigio? ¿Un milagro?
No, una verdad de Perogrullo. Ríete de la avaricia, de la codicia, de la necedad,
de la lujuria de los hombres y serás eterno como el tiempo.
viernes, 6 de julio de 2012
Poesía bizarra
Tim Burton se conecta con Armando Bo a través de Ed Wood con una ayudita del amigo Bill Murray
(Recuerdos de un cinéfilo impenitente)
martes, 3 de julio de 2012
lunes, 2 de julio de 2012
Un domingo casi perfecto
Como termino temprano con las traducciones, aprovecho la
tarde para ver algunas películas de entre las muchas que bajé. Opto por los
setenta y sus bordes y elijo dos. La chica
de Petrovka (Robert Ellis Miller, 1974), una comedia romántica bastante
buena con una gran actuación de Goldie Hawn y El día del fin del mundo (Irwin Allen, 1980), una película
catástrofe bastante mala con Paul Newman, Jacqueline Bisset, William Holden
entre otros notables. Pero su encanto radica en ver cuán mala puede llegar a
ser. Aumenta su atractivo que esté doblada, no al español latinoamericano, sino
al español de España. Oír a William Holden decir a alguien en el teléfono: “Que
se ponga”, me desata una carcajada. Me preparo una cena de papas fritas y
huevos. Me cuido porque ya estoy mayorcito, pero una vez al mes me permito una
comida colesterolosa sin culpa. Y como junio ya había terminado… Miro un poco
de tele y me voy a dormir. Me pongo a leer un policial original y seductor. La protagonista
tiene 11 años, transcurre en Inglaterra en 1950 y se recrean los modismos de
los autores de la época, como Graham Greene, autor muy frecuentado por nosotros
en la facultad. Me duermo con una sonrisa. A las cuatro me despierto. Me duele
la espalda y el cuello. Debo haber adoptado malas posturas mientras dormía. Me levanto,
me improviso un sándwich de queso para que no me den acidez las dos aspirinas
que me tomo. Antes de volver a acostarme, hago estiramientos y elongaciones
para acomodar los músculos, que uno no al pedo tomó tantas clases de teatro. Ni
las aspirinas ni las elongaciones anulan el dolor. Sé que ya no voy a volver a
dormirme e intento entretenerme con la novela de la joven detective. Como a las
seis me duermo aunque me despierto pronto, tengo pesadillas. A las 8 salgo
corriendo a que me den masajes. Vi que donde hacen pilates, también dan
masajes. Una chica de unos treinta años, me acuesta boca abajo en una camilla,
me cubre de ungüento y me castiga la espalda hasta que grito de placer y dolor.
El dolor se atenúa aunque me recomienda volver a la tarde para otra sesión si
quiero dormir bien. Le aseguro que volveré.
Camino a casa me pregunto por qué tengo la espalda y el
cuello a la miseria, si hice mis deberes: di clases con alegría, traduje con la
mejor de mis voluntades posibles, me reí cuánto pude, armé una grilla para
tachar los días que faltan para las vacaciones en la que ya puedo tachar el
paro del viernes y la bendición de un nueve de julio en lunes, y me premié con
un domingo bueno, casi perfecto. No necesito rumiar mucho para que me venga la
respuesta.
Por más que hagas los deberes y te premies otorgándote todos
los pequeños placeres a tu alcance, las viejas frustraciones que arrastras de
toda la vida, más las nuevas que imperceptiblemente vas sumando te alcanzan, y
de nada vale que te rías o que vivas el castigo cotidiano con una sonrisa. Entonces
sólo te queda joderte y hacer lo que debas para que el dolor se pase. A veces
la mejor filosofía es no tener filosofía.
Fue
otro capítulo de Zen al paso
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