viernes, 28 de octubre de 2022

Poesía ineludible - Apartado 3


 

Antología de Poesía Ineludible 

Apartado 3: de Amado Nervo:

En paz

Artifex vitae, artifex sui.

Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;

porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;

que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.

...Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!

Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!

Amado Nervo: Elevación (Nuevos Poemas), 1915 (1916)

viernes, 21 de octubre de 2022

Poesía ineludible - Apartado 2


 Antología de Poesía Ineludible

Apartado 2: de Jorge Luis Borges:

El remordimiento

 

He cometido el peor de los pecados

que un hombre puede cometer. No he sido

feliz. Que los glaciares del olvido

me arrastren y me pierdan, despiadados.

 

Mis padres me engendraron para el juego

arriesgado y hermoso de la vida,

para la tierra, el agua, el aire, el fuego.

Los defraudé. No fui feliz. Cumplida

 

no fue su joven voluntad. Mi mente

se aplicó a las simétricas porfías

del arte, que entreteje naderías.

 

Me legaron valor. No fui valiente.

No me abandona. Siempre está a mi lado

La sombra de haber sido un desdichado.

 

Publicado el 21 de septiembre de 1975 en el diario La Nación

viernes, 14 de octubre de 2022

Poesía Ineludible - Apartado 1


 

Comenzamos hoy una Antología de Poesía Inevitable.

Apartado 1: de Pablo Neruda:

Poema XX.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

 

Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,

y titilan, azules, los astros, a lo lejos.»

 

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

 

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

 

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.

La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

 

Ella me quiso, a veces yo también la quería.

Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

 

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

 

Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.

Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

 

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.

La noche está estrellada y ella no está conmigo.

 

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.

Mi alma no se contenta con haberla perdido.

 

Como para acercarla mi mirada la busca.

Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

 

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.

Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

 

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.

Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

 

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.

Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

 

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.

Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

 

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,

mi alma no se contenta con haberla perdido.

 

Aunque éste sea el ultimo dolor que ella me causa,

y estos sean los últimos versos que yo le escribo.

 

Pablo Neruda, Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924)