viernes, 19 de abril de 2024

Lecturas 2024 - Hoy: Artistas, locos y criminales



 

Este es un libro que cumple a rajatabla lo que su título promete. Hay artistas, locos y criminales. Reúne obra periodística de su autor, Osvaldo Soriano. En especial, aunque no exclusivamente, la que publicó en los primeros setenta en el diario La opinión, en el breve período del apogeo de su excelencia (en estos países lo bueno dura poco). Son crónicas, reseñas, noticias, relatos, apuntes de un gran rigor narrativo y una consuetudinaria belleza. En estos tiempos en que se escribe con tan poca maña y en los que parece ya no haber editor ni menos el viejo y querido corrector, en tiempos en los que hasta en los diarios de larga trayectoria abundan los escritos con faltas de ortografía, con párrafos inentendibles por la omisión de partes sustanciales en las oraciones, esas cosas como verbos, por ejemplo, con títulos peleados con la más elemental sintaxis, cuesta creer que alguna vez se escribiera tan bien y se titulara con arte. Como dice la canción de Sui Generis: “hubo un tiempo que fue hermoso”. Lástima que al esplendor no le sigue la magnificencia, sino la decadencia y la muerte. En fin, lo que se entendió como periodismo fue una antigualla que terminó con el siglo XX. Recomiendo fervorosamente llevar este libro en la mochila o en el teléfono y leer sus artículos, de a uno por vez, en viajes monótonos de tren o colectivo, o mientras se espera una cita, que se acabe el mileinato del río de la plata, o no te agarre el dengue. Sobre todo, porque son bellos, y la belleza siempre nos da la esperanza de que los paraísos son posibles.

Escrito el 18 de abril de 2024

Gustavo Monteros


viernes, 12 de abril de 2024

Lecturas 2024 - Hoy: El hombre joven


 

Annie Ernaux ganó el Premio Nobel de Literatura en 2022. Y entre los fundamentos para otorgárselo, la Academia Sueca destaca: "el coraje y la agudeza clínica con la que descubre las raíces, los extrañamientos y las trabas colectivas de la memoria personal".

 

En su caso el lugar común del símil del escritor con el entomólogo que pone el bicho bajo la lupa se ajusta con certeza. En su literatura el bicho es su propia vida. En su gran mayoría, por no decir todos, los escritores transmutan hechos de su vida en literatura. De ahí el axioma de Pinta tu aldea, etc o sea Hablá de lo que sabés, así no hablás al divino botón. Pero Ernaux lleva el axioma al extremo.

 

Expone lo que ha vivido descarnadamente, sin tapujos, con crueldad incluso. Cuando asomó la cabeza, mientras ni soñaba con ser santificada por el Nóbel, Ernaux fue duramente criticada por esto. Le dijeron que lo suyo no era literatura sino el tratamiento de aspectos de su vida como casos clínicos. Hoy toda esa polémica parece inútil. Después de todo, en arte toda premisa no es moralmente buena ni mala. Todo se reduce al talento con la que se la intenta y a la buena o mala leche que se tenga para desarrollarla. Como sea, ahora sus detractores mascullan su amargura en un rincón.

 

El hombre joven es una brevísima novela. En el inicio confiesa que aceptó tener una aventura con un estudiante universitario, treinta años más joven que ella, que se le aproximó por su fama de escritora, solo para poder contarla después en un libro. Como si de un experimento se tratara. Algo nuevo.

 

Antes había contado lo vivido. Ahora viviría el affaire para después poder contarlo. Lo que sigue excita nuestra curiosidad al máximo. No tarda en perder la distancia, nadie se mete en un romance sin involucrarse, aunque más no sea un poco. Y a medida que nos adentramos en lo que cuenta, pasamos de chusmas con batón, escobillón y ruleros a psicólogos, sociólogos, historiadores. Porque la señora es consecuente con su método de trabajo y al acercar la lupa, todo se profundiza. Y endereza nuestro morbo inicial para el lado de la sabiduría.

Gustavo Monteros


viernes, 5 de abril de 2024

Lecturas 2024 - Hoy: Disfrázate como quieras


 

Escrito el 2 de febrero de 2024

 

Son los primeros días de febrero y el calor ruge. Algunos, los de buena memoria, andamos con lo que podríamos llamar el síndrome de Casandra. Sabemos lo que va a pasar y lo decimos, aunque un gran número de contemporáneos elige no creernos. En el Congreso, algunos diputados le aprobarán la ley ómnibus que le permitirá convertirse al que se cree un león en un pichón de dictador. Con las ambicionadas facultades extraordinarias delegadas, nos va a sumir en un virtual estado de sitio, mientras nos pauperiza a más no poder y regala los bienes que nos quedan. Más temprano que tarde (ojalá), le pondremos los límites. A la espera y para no desesperar, sigo con mi cabeza metida en los libros. Como se acerca carnaval, opto por Disfrázate como quieras del colombiano Ramón Illán Bacca.

 

Dice la contratapa: "En plenos carnavales de Barranquilla, en una habitación del hotel Alhambra, aparecen asaeteados, fulminados a disparos y envenenados, dos cadáveres. Jerónimo Carazúa, disfrazado de monje, hijo de un poderoso senador vitalicio, y con una máscara veneciana, Mécoro, una princesa indígena. El juez Sócrates Bruno Manos Albas asume la investigación, que transcurre por laberintos y misterios que parecen no tener nunca una solución.

 

De nuevo, y para regocijo de sus lectores, Bacca nos da una nueva y tremenda novela, con su desbordante imaginación, su fino y sutil humor y su increíble memorabilia sobre esa cultura popular que va desde Hollywood y el cine mexicano hasta la música y la radio caribes, sin excluir las novelas seriadas de Fu Manchú, Doc Savage y La Sombra.

 

«Bacca es a la literatura lo que Guy Ritchie (de Cerdos y diamantes, Snatch) es al cine. Tiene una visión poliédrica, cubista, sin rebuscados esfuerzos de estilo. Es algo que le fluye natural, es su forma de ver el mundo. Posee un imaginario construido, un mundo literario sólido y bien consolidado que expone mejor que nunca en esta novela. Si hubiera necesidad de encontrarle símiles, se podría decir que es una mezcla de Osvaldo Soriano, Paco Ignacio Taibo II, Rubem Fonseca y García Márquez. Todos estos escritores en una olla a presión, mezclados en dosis exactas de alquimista, producen un escritor de la talla de Bacca. Un escritor fuera de serie en este país, un narrador que hace literatura de estos tiempos», escribió el crítico y escritor Cristian Valencia."

 

Yo no lo había leído y ahora son un lector devoto que promete leerle todo lo que llegue a mis manos. Es un autor a descubrir. Su literatura seduce, encanta, depara placer con cada página. Tiene mucho humor y ostenta la contradicción de los buenos humoristas, cuando más leve se pone, más profundiza en una realidad que se cree inaprensible, y a la que logra capturar en toda su riqueza, a fuerza de sátira y parodia. Descúbranlo, me lo agradecerán seguro.

Gustavo Monteros

viernes, 22 de marzo de 2024

Lecturas 2024 - Hoy: Instrucciones para una ola de calor


 

Escrito el 29 de enero de 2024

 

Cada vez que entro un portal de noticias, tengo la esperanza de que nuestro aspirante a dictador ha renunciado porque nos negamos a tolerar sus caprichos. Una fantasía inútil, claro. O para ir tirando. Sigo mis propios consejos de que no hay nada mejor para capear el mal tiempo (frase que encubre no enloquecer) que meter la cabeza dentro de un libro. De la pila tan alta como la torre Eiffel de libros que esperan que los deletree, elijo uno de título muy pertinente para estos días de canícula rampante: Instrucciones para una ola de calor de Maggie O'Farrell. No, no es un manual de consejos prácticos. Solo circunscribe el momento muy especial en que la acción transcurre.

 

Dice la contratapa: "En Londres, en el verano de 1976, durante una ola de calor y una sequía legendarias, Robert Riordan, recientemente jubilado, sale de casa por la mañana, como todos los días, para comprar el periódico, pero esta vez no regresa. Asustada, su esposa Gretta llama a sus tres hijos, dos mujeres y un hombre, que regresarán a la casa familiar para emprender las pesquisas. El inusitado calor provoca extraños comportamientos entre los Riordan, irlandeses católicos radicados en Londres, y varios secretos guardados celosamente durante años afloran a la superficie.

 

El hijo mayor, Michael Francis, es un desencantado profesor de historia que trata de salvar su matrimonio. Monica, la hija del medio, ha intentado recomponer su vida tras el fracaso de su matrimonio, pero sufre la animadversión de las hijas de su actual pareja. Aoife, la pequeña, es la hermana rebelde que abandonó los estudios y buscó refugio en Nueva York. Cada uno de ellos tiene sus propias ideas acerca de dónde puede estar su padre. Pero lo que ninguno sospecha es que su madre sabe mucho más de lo que les ha contado."

 

La autora era una estrella en ascenso de las letras británicas hasta que su novela Hamnet de 2020 sobre la familia de Willy Shakespeare, la catapultó a la cima del Olimpo literario de los consagrados intocables (o para decirlo en vernáculo catamarqueño: ahora no te tocan el culo ni con una caña, o sea: te has convertido en una vaca sagrada, muchacha). Pero este libro es de los que pavimentaron su camino a la gloria.

 

Como lo indica la sinopsis, se trata de gente como vos y yo, que negocia sus agachadas y sus concesiones disfrazándolas de secretos, que más temprano que tarde, salen a la luz por una discusión inesperada debida a una situación insólita. Solo que como la O'Farrell es una novelista de talento, sabe transformar estas pequeñeces cotidianas en aventuras atrapantes, seductoras, adictivas. Uno se reconoce en lo que cuenta, se fascina y hasta el calor asfixiante en la novela (y en la actual circunstancia del lector) se vuelve tolerable de tan inmersos que nos tiene la novelita en cuestión. Si se la cruzan, no la dejen pasar. Depara horas de gran placer.

Gustavo Monteros


viernes, 15 de marzo de 2024

Lecturas 2024 - Hoy: Aquello estaba deseando ocurrir


 

(Escrito el 26 de enero de 2024)

 

Si bien ayer la participación masiva a la movilización contra la ley ómnibus y el mega DNU me devolvió la esperanza, la realidad sigue dura, y así sigo con la cabeza dentro de los libros.

 

Hoy hablaré de Aquello estaba deseando ocurrir, libro de cuentos de Leonardo Padura. Conocí a Padura por las primeras novelas de su detective Mario Conde y se ganó mi respeto. Pero con aquel verano que me hizo feliz con su El hombre que amaba los perros, se ganó mi incondicionalidad eterna.

 

De ahí que, en algún momento del año, me adentre en una obra suya que no leí todavía. Aquí saca el logradísimo título ("Algo estaba deseando ocurrir" roza la genialidad) de una frase de Marco Aurelio, que él conoció en Franny y Zoey de Salinger.

 

La puerta de Alcalá es el primer cuento y narra como una concatenación de casualidades lleva al reencuentro de dos amigos en una fría noche madrileña.

 

En Nueve noches con Violeta del Río, un joven tiene un romance con una diosa del bolero unos pocos años mayor. El amorío termina abruptamente, y años después se la reencontrará como público en Miami, pero a algunas cosas mejor dejarlas en el pasado.

 

En Adelaida y el poeta, un poeta consagrado obligado a dar clases en un ateneo de fomento de la literatura, ante el cuento de una jubilada, comprueba que su sensibilidad no está embargada por el hastío o la burocracia.

 

En Sonatina para Rafaela, una pianista de restaurant, aprende que no está sola en su hartazgo y en sus sueños muertos, que sus compañeros de trabajo, en especial, el barman, quizá sientan lo mismo.

 

En Según pasan los años, una expareja de veintipicos ante la muerte de un excompañero de la secundaria, reaviva sus desencuentros amorosos.

 

En Los límites del amor, un hombre se debate entre dos mujeres, a las que ama de manera diferente, pero de verdad.

 

En La muerte feliz de Alborada Almanza, una anciana se entera de que la muerte no siempre es triste o trágica.

 

En El destino: Milano-Venezia (vía Verona), un aspirante a exiliado en Italia va de un encuentro decisivo a otro.

 

En La pared, un hombre se acerca a un chico que juega y reverdece por un rato sus sueños perdidos.

 

En Mirando al sol, unos jóvenes sin futuro se emborrachan, se drogan, tienen sexo duro y sobreviven como pueden.

 

En La muerte pendular de Raimundo Manzanero nos da cuenta de las posibles explicaciones ante el misterio de un suicidio.

 

En Nochebuena con nieve, un hombre se acuesta por fin con su excuñada y alcanza una efímera gloria de sexo refulgente.

 

Y en El cazador, un homosexual no se resigna a la soledad y anhela los amores perdidos.

 

Un buen libro que nos recompensa con creces el elegirlo. Si siguen estos comentarios, se preguntarán por qué designio me tocan libros que me gustan. No es suerte. Con los años aprendí a hacer casting de libros. Si uno persiste en una afición, algo siempre se aprende. Leer en tiempos aciagos hace bien, no solo los libros que recomiendo, cualquier cosa que nos guste. Meter la cabeza en las realidades de un libro desata pensamientos paralelos que terminan por aliviar las penas o desazones. Inténtenlo, no falla.

Gustavo Monteros

viernes, 8 de marzo de 2024

Lecturas 2024 - Hoy: A orillas del amor


 Escrito el 21 de enero de 2024

Como la realidad persiste en su dureza, pongo otra vez mi cabeza dentro de un libro. Esta vez es A orillas del amor de Andreï Makine. El autor, nacido y criado en Rusia, a sus 30 años, en 1987 se nacionalizó francés, país donde desarrolló su carrera literaria ganando los premios más importantes de la actividad.

A orillas del amor es una novela que uno sospecha autobiográfica, en la que cuenta cómo 3 chicos pasan de niños a adolescentes maduros en Siberia y cómo son "salvados" por algunas películas de Jean-Paul Belmondo.

El lenguaje que usa es poético y florido cuando describe geografías y sensaciones y es llano y directo cuando relata hechos concretos. No es crítico con la Rusia soviética en que la acción transcurre, no se mencionan años, pero por las películas de Belmondo que aparecen en la trama, suponemos que estamos a fines de los setenta o principios o mediados de los ochenta.

Estos chicos, de tendencias heterosexuales todos, ingresan al universo Belmondo por Le magnifique / El magnífico que es de 1973, film que ven 17 veces seguidas. Después ven L'animal / El animal que es de 1977 y mencionan más tarde detalles de Le guignolo / El estafador que es de 1980. Hablan también de otros filmes con el astro francés, pero en general, sin entrar en detalles. De las aristas del fenómeno Belmondo, se quedan con el perfil de héroe humorístico de acción.

Crecer en Siberia no es fácil, pero el contacto con una naturaleza tan agresiva los forja muy singulares y a su manera disfrutan del hábitat que les tocó, pero los ánimos se les vienen abajo cuando piensan en el futuro. Se ven como guardianes de los campos de prisioneros, leñadores o buscadores ilegales de oro. Prospectos que no los entusiasman precisamente.

Entonces en el cine del pueblo, que se llama Octubre Rojo, ven Le magnifique y se deslumbran con la alegría y la vitalidad de "Occidente" porque ellos se consideran "orientales" puros. El destino los separará y los reencontrará años después.

El libro fue escrito en 1994, mi edición es de 1999 y hace años que está en mi pila de Pisa de libros a leer. No me atraía demasiado la parte de los ritos de pasaje de niño a adolescente, pero sí que sus vidas fueran intervenidas por películas de Belmondo. Porque como se evidencia en los avatares que uso en las redes sociales, y por muchos escritos aquí y allá, mi vida fue intervenida también por Belmondo (y el cine en general, más bien). Aunque en mi caso, de un modo diferente al de estos chicos rusos. (Tranquilos, no creo que me ponga a contar cómo Belmondo "salvó" mi vida). En resumen, es un libro atractivo, se lee con interés y lo recomiendo.

Gustavo Monteros