viernes, 30 de diciembre de 2022

¡Feliz año nuevo!


Happy New Year 

Julio Cortázar

Mira, no pido mucho,

solamente tu mano, tenerla

como un sapito que duerme así contento.

Necesito esa puerta que me dabas

para entrar a tu mundo, ese trocito

de azúcar verde, de redondo alegre.

¿No me prestas tu mano en esta noche

de fin de año de lechuzas roncas?

No puedes, por razones técnicas.

Entonces la tramo en el aire, urdiendo cada dedo,

el durazno sedoso de la palma

y el dorso, ese país de azules árboles.

Así la tomo y la sostengo,

como si de ello dependiera

muchísimo del mundo,

la sucesión de las cuatro estaciones,

el canto de los gallos, el amor de los hombres.


Año nuevo

Gloria Fuertes

A primeros de enero de un año cualquiera,

con amores y nombres ya seleccionados,

con los huesos maduros y a mitad de mi vida

me prometo solemne no sufrir demasiado.

Si me pegan, que peguen,

si me aciertan, me han dado,

y si pierdo en la Rifa

será porque he jugado.

Me fastidian las penas,

me da alegría el enfado,

con el ceño fruncido

parezco un feto raro.

Año nuevo, vida nueva

(¡Qué tópico más sano!)

Nueva luz ilumina

mi ascensor apagado

de subir a deshora,

de estar comunicando,

de hacer la angustia en verso,

de hacer el tonto en vano,

de sembrar mis insomnios

de tachuelas y clavos.

A mitad de mi vida

de par en par sonrisa y puerta abro,

—que no quiero acabar por los pasillos

con el corazón apolillado–. 

PROMETO no volver

a ahogaros en mi llanto,

no volver a sufrir

sin un motivo

muy justificado.

viernes, 23 de diciembre de 2022

Grandes oberturas - Hoy: No una obertura sino una suite

Obedecemos el imperativo de la hora e interrumpimos nuestra selección de oberturas para recurrir a uno de los clásicos navideños por excelencia, El cascanueces de Pyotr Ilyich Tchaikovsky. La obra original es un ballet de dos actos y en algún momento en el tiempo, Tchaikovsky seleccionó ocho temas y armó una suite para ser ejecutada en conciertos sinfónicos. A apretar el signo de Play y a disfrutar. 

viernes, 16 de diciembre de 2022

Grandes oberturas - Hoy: Gypsy

 La obertura es un puente, una transición entre nuestra vida cotidiana, con sus pesares y problemas, y el espectáculo que se inicia, con sus dichas o desdichas. La obertura nos informa también sobre la música que acariciará o irritará nuestra alma durante el par de horas siguientes. Pero a no desesperar que si la música no nos augura melodías que nos gusten, siempre nos queda lo teatral. Se han escrito si no libros, al menos capítulos sobre los efectos de esta obertura en el público en la noche del estreno. No digo más por las dudas no la conozcan, aunque repito con toda ansia el latiguillo de los acomodadores: ¡Que la disfruten! Gustavo Monteros 


viernes, 9 de diciembre de 2022

Grandes oberturas - Hoy: La gazza ladra

 Dice Wikipedia: "La gazza ladra (La urraca ladrona) es un melodrama u ópera semiseria en dos actos, compuesta por el músico italiano Gioachino Rossini en 1817. El libreto fue concebido por Giovanni Gherardini​ y Louis-Charles Caigniez. La obra es principalmente conocida por su obertura, que destaca por el uso de redoblantes."

Puede que el nombre, en un principio, no te diga nada, pero cuando vayas por la mitad, sabrás que la conocés y mucho. Pocas composiciones musicales han sido tan frecuentadas por el cine publicitario y el cine a secas. Y por más que merecidas razones.


Gustavo Monteros

viernes, 2 de diciembre de 2022

Grandes oberturas - Hoy: Candide

 Le damos descanso a las palabras para recurrir a la música. Y abrimos así una sección dedicada a las grandes oberturas. Candide es una opereta cómica compuesta por Leonard Bernstein en 1956, basada en la novela de Voltaire, con libretto de Lillian Hellman, que sufrió numerosos cambios y reescrituras. En la actualidad se representa con un texto mayoritariamente escrito por Hugh Wheeler. Las partes cantables fueron intervenidas también por numerosos letristas. Si bien se estrenó en Broadway como un musical, hoy forma parte del repertorio de los teatros de ópera. 

Gustavo Monteros


 

Una yapa. Una versión incluso más espectacular, si es que eso es posible:

 

viernes, 25 de noviembre de 2022

Poesía ineludible - Apartado 7


 Antología de Poesía Ineludible

Apartado 7: de Gustavo Adolfo Bécquer

Volverán las oscuras golondrinas

Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.

Pero aquellas que el  vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres…
¡esas… no volverán!

Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.

Pero aquellas, cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día…
¡esas… no volverán!

Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido…; desengáñate,
¡así… no te querrán!

Gustavo Adolfo Bécquer, Rimas, 1871

viernes, 18 de noviembre de 2022

Poesía ineludible - Apartado 6


 

Antología de Poesía ineludible

Apartado 6: de César Vallejo

Piedra negra sobre piedra blanca

 

Me moriré en París con aguacero,

un día del cual tengo ya el recuerdo.

Me moriré en París -y no me corro-

tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.

 

Jueves será, porque hoy, jueves, que proso

estos versos, los húmeros me he puesto

a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,

con todo mi camino, a verme solo.

 

César Vallejo ha muerto, le pegaban

todos sin que él les haga nada;

le daban duro con un palo y duro

 

también con una soga; son testigos

los días jueves y los huesos húmeros,

la soledad, la lluvia, los caminos…

 

César Vallejo, Poemas humanos, 1939

viernes, 11 de noviembre de 2022

Poesía ineludible - Apartado 5


 

Antología de Poesía ineludible

Apartado 5: de Baldomero Fernández Moreno

Setenta balcones y ninguna flor

Setenta balcones hay en esta casa,
setenta balcones y ninguna flor.
¿A sus habitantes, Señor, qué les pasa?
¿Odian el perfume, odian el color?

La piedra desnuda de tristeza agobia,
¡Dan una tristeza los negros balcones!
¿No hay en esta casa una niña novia?
¿No hay algún poeta bobo de ilusiones?

¿Ninguno desea ver tras los cristales
una diminuta copia de jardín?
¿En la piedra blanca trepar los rosales,
en los hierros negros abrirse un jazmín?

Si no aman las plantas no amarán el ave,
no sabrán de música, de rimas, de amor.
Nunca se oirá un beso, jamás se oirá un clave…

¡Setenta balcones y ninguna flor!

Baldomero Fernández Moreno: Ciudad (1917)

viernes, 4 de noviembre de 2022

Poesía ineludible - Apartado 4


Antología de Poesía Ineludible 

Apartado 4: de Alejandra Pizarnik

Cenizas

Hemos dicho palabras,

palabras para despertar muertos,

palabras para hacer un fuego,

palabras donde poder sentarnos

y sonreír.

 

Hemos creado el sermón

del pájaro y del mar,

el sermón del agua,

el sermón del amor.

 

Nos hemos arrodillado

y adorado frases extensas

como el suspiro de la estrella,

frases como olas,

frases con alas.

 

Hemos inventado nuevos nombres

para el vino y para la risa,

para las miradas y sus terribles

caminos.

 

Yo ahora estoy sola

—como la avara delirante

sobre su montaña de oro—

arrojando palabras hacia el cielo,

pero yo estoy sola

y no puedo decirle a mi amado

aquellas palabras por las que vivo.

 

Alejandra Pizarnik: Las aventuras perdidas (1958)

viernes, 28 de octubre de 2022

Poesía ineludible - Apartado 3


 

Antología de Poesía Ineludible 

Apartado 3: de Amado Nervo:

En paz

Artifex vitae, artifex sui.

Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;

porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;

que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.

...Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!

Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!

Amado Nervo: Elevación (Nuevos Poemas), 1915 (1916)

viernes, 21 de octubre de 2022

Poesía ineludible - Apartado 2


 Antología de Poesía Ineludible

Apartado 2: de Jorge Luis Borges:

El remordimiento

 

He cometido el peor de los pecados

que un hombre puede cometer. No he sido

feliz. Que los glaciares del olvido

me arrastren y me pierdan, despiadados.

 

Mis padres me engendraron para el juego

arriesgado y hermoso de la vida,

para la tierra, el agua, el aire, el fuego.

Los defraudé. No fui feliz. Cumplida

 

no fue su joven voluntad. Mi mente

se aplicó a las simétricas porfías

del arte, que entreteje naderías.

 

Me legaron valor. No fui valiente.

No me abandona. Siempre está a mi lado

La sombra de haber sido un desdichado.

 

Publicado el 21 de septiembre de 1975 en el diario La Nación

viernes, 14 de octubre de 2022

Poesía Ineludible - Apartado 1


 

Comenzamos hoy una Antología de Poesía Inevitable.

Apartado 1: de Pablo Neruda:

Poema XX.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

 

Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,

y titilan, azules, los astros, a lo lejos.»

 

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

 

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

 

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.

La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

 

Ella me quiso, a veces yo también la quería.

Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

 

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

 

Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.

Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

 

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.

La noche está estrellada y ella no está conmigo.

 

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.

Mi alma no se contenta con haberla perdido.

 

Como para acercarla mi mirada la busca.

Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

 

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.

Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

 

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.

Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

 

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.

Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

 

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.

Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

 

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,

mi alma no se contenta con haberla perdido.

 

Aunque éste sea el ultimo dolor que ella me causa,

y estos sean los últimos versos que yo le escribo.

 

Pablo Neruda, Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924)

viernes, 23 de septiembre de 2022

La primavera - Teresa Parodi




La primavera pintando el cielo

De flores nuevas recien nacidas

Y en el estero...

Una guitarra y el bordoneo

Del chamame que lento ni suave

Del jornalero...

El gurí, piel carbón

Corriendo entre los naranjos

A pleno sol

Un carro lento por el sendero

Doña Brunilda con sus amargos

Bajo el alero

El perro flaco de Don Eusebio

En la placita, azuzando el canto

De los jilgueros

Por allá, por aquí

La vida transcurre oliendo

A flor de jazmín

El pueblo es chico

La gente pobre

El crucifijo la vela al santo

Por sus favores

La tierra ajena

El olvido enorme

La curandera curando el alma

En los sinsabores

Porque no, porque si,

Bien se que no he de olvidarme

Lo que viví

Los nubarrones negreando el cielo

A puro trueno están anunciando

Que habrá aguacero

Pero si viene del sur el viento

Habrá limpiado a la tardecita

Y saldrá el lucero

Por allá, por aquí

La vida transcurre oliendo

A flor de jazmín.

viernes, 9 de septiembre de 2022

El hambre y las ganas de comer

 

Henry Mancini hubiera compuesto canciones para otras cantantes. Su destino era componer. Julie Andrews hubiera cantado canciones de otros compositores. Su destino era cantar. Pero que sus destinos confluyeran fue lo mejor que nos pudo haber pasado.

viernes, 2 de septiembre de 2022

Cerrado por consternación

 No estoy repuesto ante el horror por lo que pudo haber pasado. Hasta la próxima semana, espero. Gustavo Monteros

viernes, 26 de agosto de 2022

Solo el pobre perro murió

Este ingenioso poema satírico de Oliver Goldsmith está en su novela El vicario de Wakefield. La última línea (The dog it was that died) da el título a una obra de Tom Stoppard. Como en estos días leí la obra de Stoppard, recuperé el poema que en algún momento temprano de mi vida hallé en una antología de poesía humorística.

 

AN ELEGY ON THE DEATH OF A MAD DOG

by: Oliver Goldsmith (1728-1774)

 

Good people all, of every sort,

Give ear unto my song;

And if you find it wondrous short,--

It cannot hold you long.

 

In Islington there was a man,

Of whom the world might say

That still a godly race he ran,--

Whene'er he went to pray.

 

A kind and gentle heart he had,

To comfort friends and foes;

The naked every day he clad,--

When he put on his clothes.

 

And in that town a dog was found,

As many dogs there be,

Both mongrel, puppy, whelp, and hound,

And curs of low degree.

 

The dog and man at first were friends;

But when a pique began,

The dog, to gain some private ends,

Went mad, and bit the man.

 

Around from all the neighboring streets,

The wondering neighbors ran,

And swore the dog had lost his wits

To bite so good a man.

 

The wound it seemed both sore and sad

To every Christian eye;

And while they swore the dog was mad

They swore the man would die.

 

But soon a wonder came to light,

That showed the rogues they lied;

The man recovered of the bite,

The dog it was that died.

 

 

ELEGÍA A LA MUERTE DE UN PERRO RABIOSO

De Oliver Goldsmith

Traducción de Felipe Villaverde

 

Venid, buena gente;

Oíd mi canción:

Si dura muy poco,

Será lo mejor.

 

En Islington hubo un hombre

De quien el pueblo decía

Que era un portento en la iglesia

(por lo poco que asistía)

 

Generoso corazón,

Enemigos no tenía:

Dábale ropa al desnudo

(cada vez que se vestía)

 

Entre los sabuesos, dogos,

Y otros de menor valía,

Cierto can déjose ver

En Islington cierto día

 

El hombre y el perro

Ya son camaradas;

Pero al cabo riñen

Por unas palabras.

 

El perro se pone rabioso,

Al hombre un mordisco le da:

La alarma cundió por la calle,

Acude la gente al lugar.

 

El perro está loco

-dice la opinión-

¡Mire usted que morder a un sujeto

De tal condición!

 

Dolorido está el herido,

Que verlo da compasión;

El perro estaba rabioso;

Juran que no hay salvación.

 

Pero ¡maravilla de las maravillas!

-el pueblo mentía, miente la opinión-.

Muy pronto el doliente sanó de la herida;

Solo el triste perro murió

 

viernes, 19 de agosto de 2022

Vamos, Chenoweth, haga un Kurt Weill irreprochable y magistral

 


I'm a Stranger Here Myself

from One Touch of Venus

lyrics: Ogden Nash

music: Kurt Weill


Tell me is love still a popular suggestion

Or merely an obsolete art?

Forgive me for asking this simple question

I'm unfamiliar with his heart

I am a stranger here myself

Why is it wrong to murmur, "I adore him"

When it's shamefully obvious I do?

Does love embarrass him, or does it bore him?

I'm only waiting for my cue

I'm a stranger here myself

I dream of a day, of a gay warm day

With my face between his hands

Have I missed the path? Have I gone astray?

I ask and no one understands

Love me or leave me

That seems to be the question

I don't know the tactics to use

But if he should offer

A personal suggestion

How could I possibly refuse

When I'm a stranger here myself?

Please tell me, tell a stranger

My curiosity goaded

Is there really any danger

That love is now out-moded?

I'm interested especially

In knowing why you waste it

True romance is so fleshly

With what have you replaced it?

What is your latest foible?

Is Gin Rummy more exquisite?

Is skiing more enjoyable?

For heaven's sakes what is it?

I can't believe

That love has lost its glamor

That passion is really passé

If gender is just a term in grammar

How can I ever find my way?

When I'm a stranger here myself

How can he ignore my

Available condition?

Why these Victorian views?

You see here before you

A woman with a mission

I must discover the key to his ignition

And then if he should make

A diplomatic proposition

How could I possibly refuse?

How could I possibly refuse,

When I'm a stranger here myself?

viernes, 5 de agosto de 2022

A propósito de Santa Evita


 

Termino de ver Santa Evita y algo no me termina de satisfacer, para decirlo mal y pronto, me falta cinco para el peso. Me pongo a analizar y llego a algunas conclusiones.

 

Para empezar podemos establecer tres ejes narrativos. Primero, claro, la historia del viaje de la vida de Eva, de chica del interior bonaerense a actriz profesional capitalina que se enamora de Perón, abraza su ideario político y lo lleva hasta la consecución de logros inéditos hasta esas fechas, itinerario que se frustra por una muerte temprana.

 

Segundo está la historia del cadáver de Eva, el embalsamamiento faraónico que desata obsesiones en el médico tanatopráxico y en los milicos encargados de ocultarlo.

 

Y tercero el viaje de un periodista hasta enterarse de que fue lo que pasó con el cadáver.

 

A estos tres ejes los protagonizan  personajes dominados por pasiones y obsesiones. Cuente como se cuente la vida de Eva, su final trágico define el todo. En ese sentido, aquí las escenas finales entre Perón y Eva del último episodio son tan logradas como conmovedoras.

 

Y la tensión de las emociones no resueltas del personaje del milico que hace Ernesto Alterio bien puede graficar la famosa “grieta” contemporánea, su personaje por formación ideológica y por pertenencia de clase no puede sino odiar a Eva, pero por atestiguar los logros sociales que impulsa no puede sino admirarla.

 

Y el cine, sobre todo el de los setenta, nos ha adiestrado para valorar el ansia de verdad de algunos periodistas que pueden llegar a la inmolación con tal de develar lo que se oculta.

 

Estos aspectos positivos no están en discusión, claro, pero no abarcan lo extraordinario que hay en los tres ejes descriptos. Lo extraordinario entendido como fuera de lo normal, lo cotidiano, lo esperable, lo habitual.

 

Hay cosas inenarrables, sobre todo las que tienen que ver con las manipulaciones del cadáver. Aquí con muy buen gusto y tino, solo se sugieren las monstruosidades necrofílicas a las que la perversión del odio llevó a los milicos a cargo del cuerpo embalsamado y sus copias. Aunque si bien graficar el horror puede espantar, por el otro lado puede aleccionar con elocuencia la degradación a la que conduce el odio.

 

Pero hay, sobre todo, una decisión de contar todo lo salido de la norma como algo tan dado por hecho que me resulta poco feliz. Además de la contradicción de contar desde las visiones de los personajes, pero de modo omnisciente. O una cosa o la otra. La mezcla de lo subjetivo y lo objetivo, tan común en las biopics malas, no es innovador, es torpe, por no decir apresurado y perezoso.

 

Marcelo Figueras cuenta que Juan Forn en su rol de editor del libro le sugirió a Tomás Eloy Martínez que no cayera en el realismo mágico, que lo que ya se contaba venía cargado de aristas suficientes. Aquí eso queda en las nieblas del misterio. A cada paso que da el milico Alterio con el cadáver se encuentra con velas, rosarios y estampitas de Eva. La profusión es decisión de la dirección de arte, en la realidad bastaba una vela, un rosario y una estampa para pasar el mensaje de que era vigilado. Ahora bien, ¿quién pasaba el mensaje?, ¿la resistencia peronista?, ¿milicos peronistas enquistados en el ejército garca? Por lo que cuenta Figueras no debemos atribuírselo a un “milagro” del cadáver.

 

También queda en las nieblas del misterio la decisión de Perón de embalsamar a Eva. Claro, ninguna ficción puede abarcar la realidad munificente, pero alguna punta de ovillo a desentrañar siempre es buena.

 

En lo personal, un detalle me resultó perturbador. La hija del proyectorista ve al cadáver como una poupée (muñeca en francés) y los policías alemanes cuando detienen al milico Alterio creen que lo que lleva es una especie de muñeca inflable de placer. Fue esta idea de la reducción del mito a un juguete la que me quedó resonando, tan sorpresivamente Rafael Azcona.

 

Como sea, más allá de no estar de acuerdo con algunas de las decisiones narrativas de la miniserie, creo que debe verse. Por Natalia Oreiro, bella y escultural como nunca, y tan expresiva como pocas, por la elocuente música de Federico Jusid, por la belleza del trabajo del Chango Monti, aunque, reitero, no estemos de acuerdo con tanto “naturalismo”, y por la recreación del vestuario, cuando el embalsamador corta el camisón, ese primer plano de la tijera sobre producto tan bello da escalofríos. No exagero, mire.

Gustavo Monteros

viernes, 29 de julio de 2022

Cuando las cosas tienen que pasar...


 

Era el año 1954 y Shirley MacLaine con 20 años recién cumplidos se presentaba a todas las pruebas que podía en el agitado Broadway de entonces.

 

Obtuvo primero ser la understudy (reemplazo, suplente) oficial de las bailarinas de Me and Juliet (musical de Richard Rodgers y Oscar Hammerstein II). Como la obra tenía un modesto éxito y puede que bajara de cartel pronto, se presentó a las pruebas para The Pajama Game, musical de Richard Adler y Jerry Ross, que producían Frederick Brisson, Robert E. Griffith y Harold Prince con coreografía de Bob Fosse.

 

Fosse preseleccionó a Shirley, pero la sentó aparte de las otras preseleccionadas porque ya tenía trabajo en Me and Juliet. Apareció Jerome Robbins que había visto la prueba de Shirley y le preguntó a Fosse por qué no se decidía a contratarla. Bob le contestó que porque ya tenía trabajo y sentía que estaba “cuatrereando” bailarinas de otras producciones. Robbins le dijo que no fuera tan ético, que los otros coreógrafos de Broadway le quitarían bailarinas sin tantos miramientos y que hiciera lo mismo, además que fuera justo con la chica que era muy talentosa y que estaba en una producción que quizá no dudara mucho más.

 

Como Fosse ya tenía la grilla de bailarinas completa, la contrató como understudy de Carol Haney. Comenzaron los ensayos, estrenaron y el número de Carol Haney, Steam Heat, fue no solo el showstopper que todos esperaban que fuera sino la sensación del momento.

 

Mientras tanto, como Gwen Verdon perdía funciones de Can-Can, el musical de Cole Porter que la había convertido en estrella, abrieron postulaciones para reemplazarla en eventualidades, Shirley concursó y ganó.

 

Llenó entonces la planilla de renuncia de ser understudy de Carol Haney en The Pajama Game, que venía con la fama de no perderse función alguna. Supuso que como suplente de Gwen Verdon tenía más posibilidades de ser vista.

 

Al entrar al teatro vio a Harold Prince cerca de la boletería, se aproximó mientras buscaba en la cartera la renuncia, pero fue interceptada por los compañeros que le contaron la noticia: Haney se había esguinzado el tobillo y tenía que reemplazarla esa misma noche. La hicieron repasar la coreografía varias veces y la prepararon para la función.

 

Era una noche especial porque recibían la visita de un importante productor cinematográfico que venía a ver a Carol Haney precisamente. Harold Prince se debatía sobre avisarle o no que la Haney no actuaría esa noche, decidió que no y desapareció de la vista. Como es costumbre antes del inicio de la función, apareció en el proscenio el director de escenario para comunicar el reemplazo. El importante productor cinematográfico no se levantó de su butaca y vio todo el espectáculo.

 

Terminado el mismo, golpearon la puerta del camarín de Shirley. Un señor muy compuesto se presentó: Me llamo Hal B. Wallis, trabajo en Hollywood y quiero contratarla.

 

Wallis era literalmente un pez gordo del Hollywood de aquel momento. Tenía a su cargo en exclusividad las películas de Elvis Presley y las de Jerry Lewis y Dean Martin, más otros proyectos no exclusivos como algunos de Burt Lancaster, por ejemplo. Su importancia era tal que su nombre aparecía antes del título.

 

Consiguió que Alfred Hitchcock aceptara a Shirley como la protagonista de la comedia policial que filmaría a continuación The Trouble with Harry, 1955 (por aquí llamada El tercer tiro en su estreno y ¿Quién mató a Harry?, en su lanzamiento en video). Después Wallis puso a Shirley en Artistas y modelos (Artists and Models, Frank Tashlin, 1955) el vehículo de lucimiento de aquel año de Jerry Lewis y Dean Martin y consiguió también que Michael Todd la ubicara de protagonista junto a David Niven y Cantiflas en la arriesgada producción de La vuelta al mundo en 80 días (Michael Anderson, John Farrow) que fue un megaéxito. O sea que en menos de tres años, Shirley MacLaine era una estrella instalada.

 

Respecto a Carol Haney, cuando en 1957 se decidió llevar The Pajama Game (por aquí Juego de pijamas) a la pantalla grande con Doris Day y John Raitt en los protagónicos, con codirección de George Abbott y Stanley Donen, Fosse y Donen se aseguraron que repitiera el número que la había hecho figura en Broadway. Y así hoy podemos atestiguar la perfección lograda por Carol Haney en el diseño coreográfico de Bob Fosse.

 

Y ya que apareció Doris Day en escena, como corolario podemos repetir el estribillo de una de sus canciones insignia Que Será, Será…

Gustavo Monteros

Fuente: Bob Fosse All His Jazz, libro de Martin Gottfried



viernes, 22 de julio de 2022

Alfredo Alcón en Otelo

En 1972 Alfredo Alcón viajo a España para participar en el ciclo Estudio 1 de la Televisión Española. Hizo Otelo de William Shakespeare, según adaptación de Antonio Gala. Fernando Guillén fue Yago y Maribel Martín fue Desdémona. Dirigió Gustavo Pérez Puig. Esta versión, por suerte, puede verse en YouTube. La adjunto por si extrañan a Alcón tanto como yo.




viernes, 15 de julio de 2022

Que nunca te falte un Sondheim

 Como lo especifica el realizador de esta breve no-ficción, la idea es mostrar a músicos que integran distintas orquestas sinfónicas de Gran Bretaña en una relación directa con el público, sin estar arrinconados en el foso o en el foro y sin el escudo de su instrumento de base. Para este ejercicio de actuación a través del canto eligieron una canción de Stephen Sondheim (Take me to the world) que pertenece al mediometraje musical para televisión, protagonizado por Anthony Perkins, Evening Primrose. Conmueve el amor al oficio y el amor a la canción. La versión final dista de ser perfecta, pero es precisamente más entrañable por no serlo. 

Gustavo Monteros

Let me see the world with clouds 
Take me to the world 
Out where I can push through crowds 
Take me to the world 
A world that smiles 
With streets instead of aisles 
Where I can walk for miles with you 
Take me to the world that's real 
Show me how it's done 
Teach me how to laugh, to feel 
Move me to the sun 
Just hold my hand whenever we arrive 
Take me to a world where I can be alive 

Let me see the world that smiles 
Take me to the world 
Somewhere I can walk for miles 
Take me to the world 
With all around 
Things growing in the ground 
Where birds that make a sound are birds 
We shall see the world come true 
We shall have the world 
I won't be afraid with you 
We shall have the world 
I'll hold your hand and know I'm not alone 
You shall have the world to keep 
Such a lovely world we'll weep 
We shall have the world forever for our own 
 (Repite da capo) 

Stephen Sondheim