viernes, 28 de octubre de 2011
Bobby
Los retratos fotográficos, como antes los ejecutados por los pintores, son una impostura. Del daguerrotipo a la foto digital, con las "mejoras" que fueron del retocado, el coloreado, pasando por el juego de luz y sombra hasta el photoshop, nunca se trató de salir parecido a como se es, sino de salir lo mejor que se pueda, lo más halagüeñamente posible. Robert De Niro es uno de los pocos que todavía prefiere ser "natural". Este retrato suyo me gusta por las tres cejas despeinadas y rebeldes que se niegan a ser "masificadas".
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