Escrito el 21 de enero de 2024
Como la realidad persiste en su dureza, pongo otra vez mi
cabeza dentro de un libro. Esta vez es A orillas del amor de Andreï
Makine. El autor, nacido y criado en Rusia, a sus 30 años, en 1987 se
nacionalizó francés, país donde desarrolló su carrera literaria ganando los
premios más importantes de la actividad.
A orillas del amor es una novela que uno sospecha
autobiográfica, en la que cuenta cómo 3 chicos pasan de niños a adolescentes
maduros en Siberia y cómo son "salvados" por algunas películas de
Jean-Paul Belmondo.
El lenguaje que usa es poético y florido cuando describe
geografías y sensaciones y es llano y directo cuando relata hechos concretos.
No es crítico con la Rusia soviética en que la acción transcurre, no se
mencionan años, pero por las películas de Belmondo que aparecen en la trama,
suponemos que estamos a fines de los setenta o principios o mediados de los
ochenta.
Estos chicos, de tendencias heterosexuales todos, ingresan
al universo Belmondo por Le magnifique / El magnífico que es de 1973,
film que ven 17 veces seguidas. Después ven L'animal / El animal que es
de 1977 y mencionan más tarde detalles de Le guignolo / El estafador que
es de 1980. Hablan también de otros filmes con el astro francés, pero en
general, sin entrar en detalles. De las aristas del fenómeno Belmondo, se
quedan con el perfil de héroe humorístico de acción.
Crecer en Siberia no es fácil, pero el contacto con una
naturaleza tan agresiva los forja muy singulares y a su manera disfrutan del
hábitat que les tocó, pero los ánimos se les vienen abajo cuando piensan en el
futuro. Se ven como guardianes de los campos de prisioneros, leñadores o
buscadores ilegales de oro. Prospectos que no los entusiasman precisamente.
Entonces en el cine del pueblo, que se llama Octubre Rojo,
ven Le magnifique y se deslumbran con la alegría y la vitalidad de
"Occidente" porque ellos se consideran "orientales" puros.
El destino los separará y los reencontrará años después.
El libro fue escrito en 1994, mi edición es de 1999 y hace
años que está en mi pila de Pisa de libros a leer. No me atraía demasiado la
parte de los ritos de pasaje de niño a adolescente, pero sí que sus vidas
fueran intervenidas por películas de Belmondo. Porque como se evidencia en los
avatares que uso en las redes sociales, y por muchos escritos aquí y allá, mi
vida fue intervenida también por Belmondo (y el cine en general, más bien).
Aunque en mi caso, de un modo diferente al de estos chicos rusos. (Tranquilos,
no creo que me ponga a contar cómo Belmondo "salvó" mi vida). En
resumen, es un libro atractivo, se lee con interés y lo recomiendo.
Gustavo Monteros
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