jueves, 30 de octubre de 2014

Breve elogio del teatro


Como  dice Sondheim en una canción, la idea no es suya,  es tan vieja como las cucarachas, el teatro es un templo. A lo que agrego, como bien aprendí en un libro de religión, todo oficio religioso, al igual que una obra de teatro, es una representación. Nunca dejé de creer, aunque ya no piso una iglesia, pero voy al teatro, antes, a veces, como oficiante, ahora, siempre,  como feligrés, a celebrar el hombre que hay en dios o el dios que hay en el hombre. 

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