viernes, 12 de abril de 2024

Lecturas 2024 - Hoy: El hombre joven


 

Annie Ernaux ganó el Premio Nobel de Literatura en 2022. Y entre los fundamentos para otorgárselo, la Academia Sueca destaca: "el coraje y la agudeza clínica con la que descubre las raíces, los extrañamientos y las trabas colectivas de la memoria personal".

 

En su caso el lugar común del símil del escritor con el entomólogo que pone el bicho bajo la lupa se ajusta con certeza. En su literatura el bicho es su propia vida. En su gran mayoría, por no decir todos, los escritores transmutan hechos de su vida en literatura. De ahí el axioma de Pinta tu aldea, etc o sea Hablá de lo que sabés, así no hablás al divino botón. Pero Ernaux lleva el axioma al extremo.

 

Expone lo que ha vivido descarnadamente, sin tapujos, con crueldad incluso. Cuando asomó la cabeza, mientras ni soñaba con ser santificada por el Nóbel, Ernaux fue duramente criticada por esto. Le dijeron que lo suyo no era literatura sino el tratamiento de aspectos de su vida como casos clínicos. Hoy toda esa polémica parece inútil. Después de todo, en arte toda premisa no es moralmente buena ni mala. Todo se reduce al talento con la que se la intenta y a la buena o mala leche que se tenga para desarrollarla. Como sea, ahora sus detractores mascullan su amargura en un rincón.

 

El hombre joven es una brevísima novela. En el inicio confiesa que aceptó tener una aventura con un estudiante universitario, treinta años más joven que ella, que se le aproximó por su fama de escritora, solo para poder contarla después en un libro. Como si de un experimento se tratara. Algo nuevo.

 

Antes había contado lo vivido. Ahora viviría el affaire para después poder contarlo. Lo que sigue excita nuestra curiosidad al máximo. No tarda en perder la distancia, nadie se mete en un romance sin involucrarse, aunque más no sea un poco. Y a medida que nos adentramos en lo que cuenta, pasamos de chusmas con batón, escobillón y ruleros a psicólogos, sociólogos, historiadores. Porque la señora es consecuente con su método de trabajo y al acercar la lupa, todo se profundiza. Y endereza nuestro morbo inicial para el lado de la sabiduría.

Gustavo Monteros


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