viernes, 15 de abril de 2022

La diva del teléfono blanco


 

Continúo con mi retrospectiva personal de Dino Risi. Hoy le toca el turno a su película de 1976. Telefoni bianchi / La diva del teléfono blanco, sin perder jamás sus ímpetus de cine popular, es un juego de espejos sobre el cine, estructurado en una historia que es tanto de amor como de supervivencia en tiempos desgarrados por fascismos y guerras.

 

Algo así como Pasqualino Settebellezze / Pasqualino Siete Bellezas (Lina Wertmüller, 1975) se fusiona con I girasoli / Los girasoles de Rusia (Vittorio De Sica, 1970), según la búsqueda de linajes que tanto le gusta a los críticos anglosajones.

 

Estamos en Venecia en los tiempos del fervor Mussoliniano. Marcella (Agostina Belli en su esplendor), una camarera de un hotel de lujo, está enamorada de Roberto (Cochi Ponzoni), un pescador. Su trabajo en el hotel pone a la chica en contacto con el mundo del cine y así iniciará su periplo de aventuras, desventuras, gloria, caída y recuperaciones varias.

 

Será amante accidental, novia abandonada, prostituta, cantante, estrella de cine, fugitiva política, entre otros varios roles. Roberto, paralelamente, pasará por todos los frentes de batalla de la Italia fascista y habrá reencuentros frecuentes.

 

Aunque parezca que se trata de otra beldad en aventuras galantes provechosas, Marcella no usa su cuerpo para ascender como sus compañeras de The Amorous Adventures of Moll Flanders / Las aventuras amorosas de Moll Flanders (Terence Young, 1965) y Forever Amber / Por siempre Ambar (Otto Preminger, 1947), no, es como que su cuerpo al no poder pasar desapercibido la llevara de lecho en lecho,  a despecho incluso de su voluntad.

 

La película cuenta con la participación especial de Ugo Tognazzi y Vittorio Gassman. La secuencia con Tognazzi está muy lograda en la presentación y desarrollo de un personaje miserable como pocos, aunque en el fondo es solo un superviviente sin escrúpulos potenciado por la guerra.

 

Gassman que venía de hacer con Risi, Profumo di donna / Perfume de mujer en 1974 tiene dos escenas en las que despliega su histrionismo único. El problema es que en la edición final quedaron una detrás de la otra y cuentan exactamente lo mismo. Son absolutamente redundantes, pero supongo que no eliminaron una para tener más tiempo en pantalla a Gassman en acción. (En una de esas escenas, su personaje, un divo del cine, enloquece en medio de una fiesta, en la escena siguiente, su personaje ha huido del manicomio donde estaba confinado e irrumpe en medio de otra fiesta)

 

Si Primo amore transcurría toda en invierno, aquí la acción por entero transcurre en verano. De nuevo esa circunstancia de contrato de actores que solo están disponibles una temporada acotada para un proyecto específico, que debe concluirse cuanto antes por necesidades comerciales de estreno es usada de modo creativo.

 

Telefoni bianchi no es perfecta ni por asomo, pero es muy regocijante. Conozco poco de los entretelones del género de Teléfono blanco italiano, aunque leí por ahí que las desventuras de esta actriz ficcional revelan mucho para los que estaban al tanto de lo pasaba en bambalinas. Por eso, para todos los demás nos queda la suposición de que, aunque no lo digan, el argumento está basado en algunos hechos muy reales.

Gustavo Monteros

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