miércoles, 23 de agosto de 2017

Sing it for Mamma!

Se dice que en el mundo del espectáculo hay una maldición para los dúos cómicos, que conocerán fama y fortuna, que tendrán todxs lxs compañerxs de cama que quisieran, que se llenarán libros que alabarán la buena química que mantenían entre ellos, pero que pasado cierto tiempo, por los girones de ego puesto en juego, por las inclinaciones de destruir lo bueno que a veces no podemos controlar, todo dúo cómico o musical terminará a las patadas. 

Todos los anales de la historia del espectáculo mundial parecen dar cuenta y razón de la maldición. Algunos terminaron apenas mal, los menos. Los más, al borde del asesinato. 

Dean Martin y Jerry Lewis lejos de ser la excepción fueron un ejemplo paradigmático de las separaciones conflictivas. Con el tiempo aprendieron a decir palabras amables del otro, pero se sentían más civilizadas que sinceras. Ahora que la eternidad los ha unido ¿limarán diferencias?, ¿sanarán los egos heridos?, o ¿se mantendrán tan alejados uno del otro como el Cielo lo permita? 

Para nosotros siempre estarán juntos, en perfecta sintonía para divertirnos. Es la tiranía del espectador, fija aquello que lo hace feliz y si es un suplicio para los actores, se desentiende, su felicidad está primero. 

Más de una vez, más de un par de histriones se reunieron “a pedido del público” para sonreír en escena y sangrar en los camarines. 

Que también hay lágrimas en el glamur… 

Gustavo Monteros

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