Dice el diccionario de la Real Academia que tour
de force es una “expresión francesa que significa
‘acción difícil cuya realización exige gran esfuerzo y habilidad’ y
‘demostración de fuerza, poder o destreza’.
Si hay una tour de force ejemplar
y perfecta, es lo que hace Barbara Cook con este medley o popurrí de Porgy and Bess de George Gershwin.
Digamos lo obvio y pasemos a
otro tema, Gershwin fue un genio y no menos genial fue su Porgy and Bess. Como buen hombre de teatro le dio a cada personaje
su idiosincrasia, vocal y medular. Y por supuesto, pensó en las capacidades,
tesituras y modulaciones de distintos intérpretes para llevarlas a cabo. Porgy
debe ser un bajo o barítono, Bess, una soprano, y cubrir todo el espectro que
falta (mezzo, tenor, contralto) los personajes secundarios que no por ser
coprotagónicos tienen canciones menos bellas que los dos principales del
título.
A lo que voy es que cada
personaje tiene no solo una tesitura adjudicada sino un determinado nivel de
dificultad a enfrentar. Cuando uno o dos intérpretes cantan toda la partitura
de Porgy and Bess (hay varios
ejemplos) tienden a aplanar las dificultades mencionadas ajustándolas a su tipo
de voz y su habilidad musical. Barbara Cook, no. Abraza todas las dificultades
de la partitura, de los tipos de voz, de los malabarismos vocales y las saca
adelante. No, bah, no las saca adelante, las vuelve belleza con la naturalidad
que solo da el talento, como si no le costara nada, como si todo fuera abrir la
boca y cantar. Te extrañaremos, Barbara.
Gustavo Monteros
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