miércoles, 11 de diciembre de 2013

Esa roja debilidad

En homenaje a la queridísima Eleanor Parker reproduzco la columna de Marcelo Stiletano publicada hoy:

Eleanor Parker: la pelirroja más versátil de Hollywood
Por Marcelo Stiletano | LA NACION

Dijo una vez Guillermo Cabrera Infante que tenía una belleza felina que resultaba todavía más irresistible cada vez que se soltaba el pelo. Cautivaba desde la pantalla sin necesidad de jugar todo el tiempo a la mujer fatal, porque sus papeles más famosos tuvieron mucho más que ver con la mujer despechada, sufrida, víctima de las maquinaciones y los desengaños amorosos.
 
 
Así construyó el cine la carrera de Eleanor Parker, uno de los rostros más hermosos que entregó Hollywood en su época dorada y a la vez una actriz llena de versatilidad, capaz de salir airosa de una amplísima serie de compromisos y desafíos actorales, coronados con tres nominaciones al Oscar. Tal vez su voluntad de retirarse prematuramente pueda haberla alejado del reconocimiento de las generaciones más jóvenes, pero sus mejores apariciones quedarán por encima de cualquier olvido. Como la baronesa Elsa Schraeder, el personaje que encarnó en  La novicia rebelde  y se convirtió en el más popular de su carrera.
 
 
Parker falleció anteanoche, a los 91 años, en Palm Springs (California), lugar que eligió para pasar sus últimos años en un confortable retiro. Como una de las últimas sobrevivientes de la época dorada de los grandes estudios, Parker representaba para propios y extraños una manera de vivir por y para el cine que en la actualidad podría parecer extraña. En ese sentido, sus primeros pasos tuvieron una característica casi modélica respecto de cómo funcionaban las cosas por entonces en la Meca del Cine: cuando apenas llevaba seis meses de estudios en la compañía Pasadena Playhouse fue descubierta por un cazador de talentos. Luego de un primer rechazo al ofrecimiento de firmar un contrato de largo plazo con Warner Bros, la futura estrella decidió someterse a una prueba ante las cámaras: dos días después rubricó el acuerdo con su primer estudio, a comienzos de la década del 40. En esa década ascendió muy rápido en el reconocimiento público gracias a su talento para moverse entre la comedia y el drama, aunque con el tiempo más de un crítico poco indulgente le reprochaba cierta tendencia a la sobreactuación. Su apogeo fue en los años 50, trabajando para MGM.
 
 
Esclavo de su pasión, Nunca te alejes de mí, Scaramouche, La antesala de infierno, Tres secretos,  Amarga condena,  Marabunta,  Hombres o bestias  y, sobre todo,  El hombre del brazo de oro  y la mencionada  La novicia rebelde  fueron algunos de los títulos en los que brilló gracias a su belleza (pelirroja por naturaleza; rubia por necesidad) y a su expresividad, esa mezcla que llevó a Eleanor Parker a transformarse, más que una versátil actriz, en toda una estrella.

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