jueves, 8 de marzo de 2012

7 mujeres al azar (6)


A Ingrid Bergman no le quedó cuerda dramática o cómica sin tocar. En drama lo hizo todo. Todo. Y después de años y años de hacer comedia de texto, ya grandecita, se le animó a la comedia física en Flor de cactus. Su escena del baile hizo historia, es desternillante. Y era un peligro para las actrices en su propio terreno. Se quedó con Sonata de otoño, la única película que filmó con su tocayo, Ingmar Bergman, aunque su coprotagonista fuera la mismísima Liv Ullman, musa bergmaniana por excelencia, y con Nina, el vehículo de lucimiento que Vincente Minnelli pergeñó para lucimiento de su hija, Liza.

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