La escena del bote
La escena del bote de La novicia rebelde tuvo también sus bemoles. Cuando caían al agua, Julie debía cuidar siempre que la más chiquita no fuera arrastrada por la corriente y se ahogara. Esto a Julie no le representó ningún esfuerzo extra, porque aparte de hermosa, encantadora y un compendio de virtudes en canto, baile y actuación, es también una buena nadadora (¿hay algo que no pueda hacer?)
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