sábado, 24 de marzo de 2012

El misterio del segundo abanico




Dicen (porque por más que rebusco en los rincones más oscuros de mi memoria no recuerdo haberla visto) que The kissing bandit (Laslo Benedek, 1948) es bastante mala. Frank Sinatra, el protagonista masculino, dijo que le disgustaba tanto que jamás la había visto. Consideraba que no daba para nada de pícaro español. Y sí, de español no da. Tampoco dio cuando hizo en el 57 el Miguel de Orgullo y pasión, pero las estrellas nunca son coherentes. Volviendo al Kissing bandit, la protagonista femenina, Kathryn Grayson también la rechaza. Dijo que entre las que filmó, es la que menos le gustó. Pero estamos en la época dorada de la comedia musical de la MGM y con tanto talento dando vuelta, nada puede ser del todo malo. En algún momento de la película, hay una fiesta y en ella, nada más ni nada menos que Ann Miller y Cyd Charisse se pelean por el amor de Ricardo Montalbán. El número, como puede verse aquí, está más allá de toda adjetivación. Lo corografió Stanley Donen, cuatro años antes de codirigir con Gene Kelly la majestuosa Cantando bajo la lluvia.
Se usaba filmar los números musicales casi de un tirón, en una toma, o a lo sumo en dos o tres. Se ve con claridad de dónde saca Cyd el primer abanico, pero ¿de dónde saca el segundo? La respuesta en los comentarios de este post.

3 comentarios:

  1. Se lo da uno de los miembros del público off camera.

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  2. Dear: yo sí pude ver la película, o mejor dicho intenté verla, y era realmente muy difícil. Entiendo completamente los sentimientos de Frank, aunque la verdad sea dicha, él por plata y éxito hacía cualquier cosa, así que mucho no se podía escandalizar. Sin embargo, por más pretensiones de realismo que se tengan, el arte es siempre una recreación estilística y técnica de otra cosa, al menos las escénicas, y todo se trata de saber entender y compartir los códigos (al respecto recuerdo una conversación que tuvimos sobre las opiniones de mi detestada Pauline Kael y The Sound of Music). Si uno consigue sortear este obstáculo, no importa lo kitsch que sea algo, se puede encontrar un punto de entrada. En este caso creo que el principal problema es que estaba todo muy mal contado. Aún así, como en el video que colgás, siempre se pueden hallar diamantes en el fango.

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  3. A propósito: es muy gracioso como una supuesta música española, se mezcla con una supuesta música mejicana, y termina dando como resultado un arreglo para bongó cherokee. Hollywood da para cualquier cosa.

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