jueves, 25 de junio de 2015

Prosopopeya




Prosopopeya, según el Diccionario de la Real Academia Española es la “Figura que consiste en atribuir a las cosas inanimadas o abstractas, acciones y cualidades propias de seres animados, o a los seres irracionales las del hombre.”


He aquí un ejemplo de la misma, no el más académico, sin duda, pero con tanta ingenuidad e ingenio que roza la genialidad, porque nada puede definir mejor esta perfecta combinación de letra y música. Uno tiende a creer que la genialidad se halla en Bach, Mozart o Puccini, y sin embargo, también puede encontrarse en un rasguido doble de Abel Montes, que la voz de Ramona Galarza convirtió en clásico, primero del litoral y después de todo el folklore argentino.


GAVIOTA - Rasguido doble

Letra y Música: Abel Montes

Miraba el río con cariño una gaviota
que muy graciosa picoteando lo rozaba
y el pobre río creyendo que lo besaba
con su romántico murmullo así le habló:

Gaviota, que vas volando
con giros de mariposa
los peces me vas robando.
Gaviota, con tu blancura
me recuerdas a una novia
con su traje de ilusión.

Yo que soy río te miro
desde el fondo de mi cauce
y siento que me enamoro
cuando me miras del aire.

Gaviota, siento tus besos
en mi turbia piel castaña
cuando tu pico me araña.
Gaviota, todo es un sueño
pero quiero que me beses
de tarde al oscurecer.

viernes, 12 de junio de 2015

Lo que deba ser, será




Cualquiera sea nuestra filosofía, religión o creencia, cuando nos conviene nos ponemos fatalistas. Hacemos algo y decimos: Que sea lo que Dios quiera. No hacemos algo y decimos: Si tiene que ser, será. La cosa es sacarnos  de encima la neurosis de tener que decidir encomendándonos a las leyes superiores que rigen los destinos. Después de todo abundan las anécdotas de Fue lo que Dios quiso o de Lo que tuvo que ser, fue.

Esto viene a cuento porque en el blog de al lado (http://cronicas-de-cine.blogspot.com.ar/) me relamo de gula con el encuentro actoral entre Juliette Binoche y Kristen Stewart en El otro lado del éxito (Clouds of Sils Maria), algo que estuvo a punto de no suceder.


Kristen Stewart era la primera elección del director/guionista Olivier Assayas, pero por una “confusión” de su agente, la producción de la  película creyó que desistía. Mia Wasikowska fue elegida para reemplazarla.


Kristen habló directamente con la producción para saber qué había pasado, le contestaron que, “confusiones” al margen,  el papel de Valentine, que le habían propuesto originalmente lo haría ahora la Wasikowska, pero que de todos modos podrían ofrecerle el papel de  Jo-Ann Ellis, que terminaría por ser interpretado por la también hipertalentosa Chloë Grace Moretz.


Kristen tenía sus dudas, quería participar en la película, pero quería hacer el papel de Valentine y no el de Jo-Ann Ellis. La historia como sabemos tuvo un final feliz: Mia Wasikowska se bajó del proyecto y la Stewart se quedó con el anhelado rol.


Nadie niega que la Wasikowska tiene lo suyo, pero actuar no se trata solo de retratar personajes sino de establecer relaciones con los compañeros y potenciar la historia que se cuenta. En el film, Juliette Binoche se complementa de maravillas con la Stewart, ¿lo habría hecho igual con la Wasikowska? Ya nunca lo sabremos, pero en vista de los resultados, no nos inquietamos mucho.


¿Habrá Kristen Stewart despedido a su agente por casi hacerle perder esta oportunidad única? Años atrás Meryl Streep despidió al suyo por hacerle perder un proyecto al alargar las negociaciones y pedir más de lo que la producción estaba dispuesta a pagarle. El proyecto era nada más ni nada menos que Lo que queda del día (James Ivory, 1993) Sin duda, Meryl habría dado una actuación superlativa, como acostumbra, pero ¿se habría relacionado con Anthony Hopkins como lo hizo la también genial Emma Thompson? Nunca lo sabremos, pero en vista de los resultados tampoco nos inquietamos demasiado.


Solo anécdotas que afianzan el fatalismo de que Lo que deba ser, será.

jueves, 11 de junio de 2015

Christopher Lee

Cuando te cruces con la noticia de su muerte, puede que en un despiste inicial te preguntes ¿y éste quién corno era? Para los mayorcitos fue "EL" Drácula (por cercanía, incluso más que el de Bela Lugosi), pero además estuvo en todas partes, como la mugre, sí, pero también como los junquillos. Desde La guerra de las galaxias hasta El Hobbit pasando por un villano para 007-mi-nombre-es-Bond-James-Bond. Debe haber sido alguien muy querible ya que participó en ¡281! películas (nadie trabaja tanto por más talento o imagen que se tenga si no es una buena persona). Sus compañeros siempre destacaron el contraste que había entre su cara naturalmente siniestra y su personalidad jocosa y tierna. Gracias, Sir Christopher Lee, su recuerdo siempre será acompañado por una ovación, ¿qué más puede pedir un actor?

jueves, 4 de junio de 2015

Moi aussi, j'adore Satie



El pasado lunes 18 de mayo, Juan Sasturain publicó en la sección Contratapa de Página 12 este poema dedicado a Erik Satie. Y como yo también amo a Satie, lo transcribo con gusto. A milonguear entonces.

Milonga para Satie
Por Juan Sasturain

Desde el día que te oí
no pude apagar la radio.
Ni las voces del estadio
me emocionaron así.
Era una Gymnopedie
por un pianista noruego
y las notas, como el riego
del pasto, por aspersión,
punzaron mi corazón
y me abrasaron sin fuego.


Al nombrar eso que hacías
no explicabas lo que era:
Morceax en forma de pera.
Gnosciennes, Piezas frías...
Tu sutil melancolía
paseaba por el teclado:
un gato, de lado a lado,
entreveraba las notas,
juntando las piezas rotas
de un sueño ya desarmado.
En ese ambiente tan serio
de Ravel y Debussy
apostaste, Erik Satie,
por el humor y el misterio.
Un chiste en el cementerio,
un acorde cenestésico...
Tu repertorio analgésico
curaba la tontería:
llamaste, a tu biografía,
Las memorias de un amnésico.



Satie, viejo poligriyo
con ojitos de atorrante,
recortabas cada instante
como el ruidito del grillo.
Pero nunca fue sencillo
lo tuyo, denso y liviano:
hiciste música a mano,
como pintaba Toulouse.
Cuando me apaguen la luz,
esperame con el piano.