jueves, 17 de abril de 2014

Una hora más con vos... siempre



Catherine Deneuve hasta la fecha ha participado en 119 películas, ha recibido 27 premios y ha estado nominada para otros 16 de los que se retiró sin lauro, incluida una nominación para el Óscar en 1992 por Indochina de Régis Wargnier. Ha trabajado con todo director que cuenta (o no) en el universo cinematográfico, para no apabullar mencionaremos solo los very best, tales como Luis Buñuel, Roman Polanski o François Truffaut. Ha sido la “damita joven” (o no tanto) de Jean-Paul Belmondo, Marcello Mastroianni, Jack Lemmon, Gerard Depardieu, Robert De Niro, Gene Kelly, Gene Hackman, Alain Delon, entre muchos otros, misceláneos inclusive como Terence Hill. A los 70 años sigue tan bella como el primer día y no es que haya luchado para permanecer incólume como Nacha Guevara, no, que su cuerpo y su rostro registran los vaivenes del tiempo. Con una ventaja, si todos con los años nos ponemos más lindos o más feos de cuando éramos jóvenes, ella sigue reflejando la misma belleza de sus principios. ¿Luminosidad interior? ¿Genética privilegiada? ¿Buenas operaciones estéticas? Un poco de cada cosa, quizá. Como sea puede pararse con nobleza al lado de un retrato de juventud sin que sintamos el aguijón de los estragos de los años.


Ella ya andaba por las pantallas cuando comencé a ver cine, y me alegra de que todavía ande cuando yo aún no pierdo las ganas de ver cine. De algún modo nos mantenemos fieles. Yo soy uno más de sus tantos admiradores, y ella es una más de las diosas de mi Olimpo privado. Ella no es celosa (¿cómo podría? si hasta ha besado y etcétera a una de las partenaires de mi Olimpo, a la mismísima Susan Sarandon) y yo tampoco (¿cómo  podría? si como todo cinéfilo tengo mi propio harén de estrellas).


La edad nos ha asentado, nos ha vuelto compinches. Ella sigue y yo también. Las nieves del tiempo nos habrán plateado las sienes, atenuado algunos ardores, pero no nos apagaron el deseo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario