jueves, 17 de noviembre de 2011

La luna en el charco

Supieron siempre que los llamaban por tener caras de tipos comunes, de esos que se encuentran de a centenares por cuadra. Se burlaron de sí mismos más de una vez por no ser Tony Curtis o Paul Newman. Nunca se quedaron con Marilyn, Rita o Natalie. Eso era cosa de galanes. Y si a veces les tocaba ser esposos de Virna, era por el efecto cómico, nada más. No por eso se privaron de hacer cosas extraordinarias. Elevaron al hombre común que representaban a categorías míticas, proeza a la que ningún galán por bonito y sexy que fuera podía aspirar. No los envidiábamos, hacíamos algo mejor, nos identificábamos con ellos. Ellos eran nosotros. A pesar de las bromas, bendijeron siempre ser los tipos comunes de las películas y aunque las chicas no colgaron sus fotos en los dormitorios, a la larga fueron más amados que todos los elencos juntos con los que trabajaron. Ellos son Jack Lemmon y Peter Falk.

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