Querido diario
He tomado una resolución muy importante que no cambiará mi destino ni engrandecerá el de la patria, pero que, con suerte, sosegará mi espíritu. Todo el tiempo que no trabaje (la tarea docente continúa, tengo la última mesa de examen el jueves 22 del corriente y las putas traducciones llegan puntuales como resacas después de grandes borracheras) lo pasaré tirado en el living bajo el ventilador de techo leyendo novelas policiales. Así que me alejaré de ti temporalmente, querido diario. Si alguien lee estas páginas, sepa que puede hojearlas a su antojo. Quizá encuentre algo que lo solace, le arranque una sonrisa o le despierte una puteada. (La reacción es lo que cuenta, no importa el signo).
No hay comentarios:
Publicar un comentario