7 mujeres al azar (6)
A Ingrid Bergman no le quedó cuerda dramática o cómica
sin tocar. En drama lo hizo todo. Todo. Y después de años y años de hacer
comedia de texto, ya grandecita, se le animó a la comedia física en Flor de cactus. Su escena del baile hizo
historia, es desternillante. Y era un peligro para las actrices en su propio
terreno. Se quedó con Sonata de otoño,
la única película que filmó con su tocayo, Ingmar Bergman, aunque su
coprotagonista fuera la mismísima Liv Ullman, musa bergmaniana por excelencia,
y con Nina, el vehículo de lucimiento
que Vincente Minnelli pergeñó para lucimiento de su hija, Liza.
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