miércoles, 27 de mayo de 2015

El amor en los setenta

Tres canciones de amor que conocí en los setenta, no tan famosas o transitadas como otras, pero que me parecen, por distintos motivos, sencillamente bellísimas. Ojalá las disfruten tanto como yo.


Amor de tarde
Letra: Mario Benedetti
Música: Alberto Favero

Es una lástima que no estés conmigo
Cuando miro el reloj y son las cuatro
Y acabo la planilla y pienso diez minutos
Y estiro los brazos como todas las tardes
Y hago así con los hombros para aflojar la espalda
Y me doblo los dedos y les saco mentiras.

Es una lástima que no estés conmigo
Cuando miro el reloj y son las cinco
Una lástima aunque estés a diez metros
Mientras soy la manija que calcula intereses
O dos manos que saltan sobre cuarenta teclas
O alguien que hace cifras y les saca verdades.

Es una lástima que no estés conmigo
Cuando miro el reloj y son las seis.
Podrías acercarte de sorpresa
Y decirme "¿Qué tal?", y quedaríamos
Vos, con la mancha roja de mis labios
Yo, con el tizne azul de tu carbónico.

Es una lástima que no estés conmigo...





Antes y después 
Letra y Música: Jorge Schussheim






Mi mundo dentro, dentro del tuyo
y mi amor todo junto a la vez.
Un cigarrillo antes a medias
y un cigarrillo a medias después.

Te quiero dos, te quiero tres,
te quiero cuatro y mañana diez,
te quiero bien, te quiero cien,
te quiero tanto y mañana también.

Sos una flor, sos un clavel,
sos un dibujo pintado en papel,
sos lo que sos, sos sin porqué,
sos un cometa celeste pastel

Mi mundo dentro, dentro del tuyo
y mi amor todo junto a la vez.
Un cigarrillo antes a medias
y un cigarrillo a medias después.

Te quiero seis, te quiero diez,
te quiero doce y vos lo sabes,
te quiero igual o más que ayer,
te quiero tanto que no sé que hacer.

Hoy te quedás, ya no te vas,
te quiero como no quise jamás
y te preciso y me necesitás,
hoy nos amamos solos y en paz.

Mi mundo dentro, dentro del tuyo
y mi amor todo junto a la vez.
Un cigarrillo antes a medias
y un cigarrillo a medias después.








Te quiero, che 
Letra: Horacio Ferrer 
Música: Astor Piazzolla 




Te quiero, quiero, que te quiero, che.
Te quiero, quiero, que te quiero, che.
Cuidado que en la calle
cualquiera en que te encuentre,
te haré un amor antiguo,
lindísimo, insolente.
Y allí te asaltará
mi beso principal,
igual que el primer beso
en la primera ciudad.

Cuando te encuentre,
los municipales que pintan
las rayas blancas y amarillas
en el asfalto, sin saber por qué
llenarán todas las calles de Te Quieros.
Y la gente, como por un raro instinto,
quemará en el medio de las plazas
todos los libros que no dicen Te Quiero.

Te quiero, quiero, que te quiero, che.
Te quiero, quiero, que te quiero, che.
Armados de un abrazo
y un beso inmemoriales,
qué escándalo seremos,
qué dos barbaridades,
queriéndonos querer,
vos hombre y yo mujer,
igual que el primer hombre
y la primera mujer.

Cuando te encuentre
voy a salir al escenario del Colón,
y en medio de una función de gala
cantaré un Te Quiero
del tamaño de una ópera,
y desde el río hasta Liniers,
las chimeneas serán los tubos
de un armonium delirante
que tocará Te Quiero.

Te quiero, quiero, que te quiero, che.
Te quiero, quiero, que te quiero, che.
Ya tengo a tus dos manos
tuteando a mis caderas:
yo quiero quedar toda
fecunda de poetas,
un pueblo voy a ser,
¡qué amor que te daré!
Habrá primero un trago
y un cigarrillo después.

Cuando te encuentre,
me convertiré en un alegre
terrorista de Te Quieros,
para que tiemblen los que no aman.
Y en nuestro primer abrazo
ya empezarán a abrazarse también,
los dos últimos enamorados
que habitarán la tierra,
y que un día melancólico y por venir
se dirán: Te Quiero.

Te quiero, quiero, que te quiero, che.
Te quiero, quiero, que te quiero, che.
Mi blusa y tu camisa
volando en una escoba,
harán un ejercicio
celeste de palomas,
queriéndose querer,
peleando por querer
igual que el primer hombre
y la primera mujer.

Te quiero, quiero, que te quiero, che.
Te quiero, quiero, que te quiero, che.

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