jueves, 10 de noviembre de 2011

Caída mortal



Continúo con mi revisión de los films de Michael Caine y me llevo una gran sorpresa. Deadfall (Caída mortal) conocida también como Angustia mortal, es una película de 1968 dirigida por Bryan Forbes (Mientras sopla el viento, La caja equivocada, Doble triunfo, La loca de Chaillot). Michael Caine es Henry Stuart Clarke, un ladrón contactado por Richard Moreau (Eric Portman) para que le robe unos diamantes a Salinas (David Buck). Como Henry se muestra medio reacio, Moreau le encarga a su esposa, Fe (Giovanna Ralli) que lo seduzca. Moreau no tiene ningún problema en entregar a su esposa porque es homosexual y no le da cama. Lo curioso es que este film, artificioso, refinado, rebuscado, parece una creación de Almodóvar, no sólo porque transcurre en España sino porque los conceptos utilizados para describir su cine y su última película pueden aplicarse a este viejo film con toda justeza. Porque es “melodrama noir”; donde “conviven los hallazgos visuales (hay refinamiento en la puesta y también en la pulcritud casi publicitaria de la fotografía), con giros artificiosos que pueden resultar irritantes o bordear el ridículo”; “refinamiento visual”; “barroquismo, aunque escondido debajo de una superficie límpida, ascética y gélida como la de un laboratorio”; “voluntad de provocar, actitud transgresora, la infaltable dosis de perversidad, atmósferas cargadas de perturbadora sexualidad, referencias a la cultura pop, inverosímiles enredos folletinescos, excentricidades varias y el atrevimiento que tanto se le celebra”; “thriller glacial, melodrama rocambolesco”.

Aseguro con honestidad que no exagero ni me entrego a juegos diacrónicos. La historia de Deadfall tiene muchos recovecos estrambóticos, y la resolución con laberintos sexuales incluidos deja a la de Todo sobre mi madre a la altura del naturalismo más acendrado. Y el estilizado registro visual es puro pop sesentista como con el que tanto le gusta jugar a Pedro. Original en este caso, claro,  porque Deadfall es de fines de los sesenta. ¿Coincidencia? ¿Cinefilia no declarada? ¿Influencia tan marcada que más que reflejo en el manchego parece copia? Cosas vederes, Sancho, que non crederes.

El afiche que adjunto aclara mucho (demasiado) las cosas. Dice: “Michael Caine se sumerge en el mundo de los adúlteros, los traidores y los perversos”. “La chica que no sabía que su padre y su marido eran el mismo hombre”. “El hombre que no se satisfacía ni con mujeres ni robos”. “La mujer que se acostaba con los hombres que su marido le elegía”. Como se ve, ingredientes very Almodóvar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario